Ir al estadio a disfrutar del partido entre el Atlético Bucaramanga vs el América de Cali, que se disputó el pasado miércoles 17 de mayo, casi le cuesta la vida a Juan Camilo, de 30 años.
A las afueras del estadio Alfonso López, sobre las 9:20 p.m., recibió seis puñaladas, así como múltiples patadas y puños, tras ser atacado por integrantes de la ‘barra brava’ local.
“Él tenía una camisa negra deportiva nike y en esa un muchacho acercó y dijo que le pasara el celular, sin mostrarle nada. Entonces, mi hermano dijo yo corro y no va a pasar nada porque que se va a ir a perseguirme. Salió corriendo y el man empezó a gritar que ahí iba un caleño, que lo agarraran”, relató un familiar de la víctima.
No más bastó esa acusación para que una turba de hinchas empezara a agredir al hombre sin piedad.
“Todos se fueron a darle, a matarlo. Le pegaron seis puñaladas: tres en la espalda, cerca del riñón y del pulmón; una en la clavícula; otra en el hombro y la última en la cabeza”, agregó el hermano del herido.
Ocurrida la agresión, la víctima se refugió en un parqueadero de la zona con las dos personas que lo acompañaron al partido y de allí fue llevado a la Clínica Chicamocha, luego remitido a la Foscal.
Juan Camilo, quien es instructor de un gimnasio, está con vida y se recupera de la brutal agresión sufrida.
“Tiene una fractura en el ojo, es lo que nos tiene preocupados porque no está viendo bien y una fractura en la nariz”, expresó el pariente.
Además de las lesiones, le robaron dos celulares y documentos personales que llevaba. Por intermedio de la gestión adelantada por un futbolista allegado a la víctima con líderes de la barra, fue posible recuperar uno de los teléfonos y los papeles.
La agresión quedó registrada en video que ahora hace parte de las evidencias con la que la familia busca que los responsables paguen por el daño causado.
“No es justo que usted vaya a un estadio, pague una boleta de casi $100 mil para que salga y lo maten, para que usted salga y se sienta inseguro (…) Lo más paradójico es que mi hermano es hincha del Bucaramanga, pero los vagos se ‘enamoraron’ de él para robarlo”, concluyó.