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Murió después de nueve meses de agonía, tras ser baleado en Santander

"La bala le dejó una infección en el cuerpo que no pudo controlar, su salud estaba muy deteriorada y ahora los médicos dicen que fue muerte natural, y él no murió a él nos lo mataron", dijo un familiar de la víctima.

Fueron nueves meses de una dura lucha para Jéfferson Grau Montes o ‘Yiyo’ como le decían de cariño; de soportar las graves afectaciones de salud que debía sobrellevar por los cinco impactos de bala que sicarios le propinaron en la tarde del 12 de agosto del año 2022 en el barrio La Campana, a las afueras del Hotel Pipatón de Barrancabermeja. Según familiares, el joven no soportó los efectos colaterales del ataque y murió en la tarde del pasado lunes nueve de mayo, mientras estaba recluido en una clínica de la ciudad.


“La bala le dejó una infección en el cuerpo que no pudo controlar, su salud estaba muy deteriorada y ahora los médicos dicen que fue muerte natural, y él no murió a él nos lo mataron, estos nueve meses sólo vivió un calvario; hoy muere y no hay siquiera un dictamen, solo fue la funeraria y ya”, dijo un familiar del Jéfferson.


La víctima ya había sido sometida a una intervención quirúrgica en donde le amputaron una pierna, pero las afectaciones de salud debido a las heridas producidas por las balas eran constantes, “a él tuvieron que amputarle una pierna porque le dejaron caer gangrena, también quedó parapléjico porque uno de los tiros fue en la columna; quedó sin movimiento, quedó muerto en vida; él me lo decía a mí. A él lo tenían en la casa pero cada rato debían correr para la clínica, vivía sumido en la depresión”, dijo un allegado.


Sobre el caso, la clínica en donde falleció el joven no entregó ningún reporte.

Un clamor de justicia


En el mismo hecho en que Jéfferson fue víctima del ataque ‘a bala’, también murió de manera instantánea un joven de 18 años identificado como Grisnel Andrés Osorio Manrique. Ese día, ambos se desplazaban en la misma motocicleta, tras iniciar la ruta de cobros diarios en el barrio la Campana de Barrancaber-meja.


La madre de Grisnel, asegura que nueve meses después de la dolorosa pérdida, el hecho violento no ha sido esclarecido por parte de las autoridades.


“Nosotros hemos ido a preguntar y lo único que nos dicen es que están investigando, pero nosotros necesitamos saber qué va pasar con el proceso pero solo nos dicen que los dejemos trabajar”, dijo la madre de familia.


Así mismo, la mujer pidió que se rectifique la información que fue suministrada a los medios de comunicación por parte de la Policía, en donde se asegura que los jóvenes fueron atacados en medio de una riña.


“Nos da mucha rabia lo que dijo ese coronel cuando lo mataron; mi hijo recién cumplía 18 años; le ofrecieron ese trabajo como cobradiario y él se fue a trabajar; como mi hijo tenía la moto varada el compañero lo llevaba y ese día apenas iban a empezar la ruta cuando los atacaron. Eso no fue una riña, ellos no cargaban ni un cortauñas. A ellos todos los tiros se los dieron por la espalda, fueron ocho tiros que le dieron a mi hijo quien murió de una vez porque iba de parrillero; el otro muchacho que iba manejando se hizo el muerto por eso sobrevivió.
“Pero no eran delincuentes, sólo estaban haciendo el recorrido de cobro para ganarse la vida. Mi hijo no era un delincuente”, dice la mujer.


Y entre el llanto pide que se haga justicia, “nosotros como familia pedimos justicia y que se limpie el nombre de ellos”, puntualizó. Por el hecho, la Policía del Magdalena Medio no reporta capturas.

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