Una lamentable situación se registró el pasado martes 18 de abril al interior de una vivienda en el asentamiento humano Gallineral, ubicado en la ribera del río de Oro, en Bucaramanga.
Según conoció esta redacción, una menor de 13 años se encontraba sola en el inmueble entre las 2:30 p. m. y las 6:00 pm. de ese martes.
Cuando llegó su progenitora, la niña no le abrió la puerta pese a tocar y llamarla insistentemente. Con ayuda de un vecino, fue posible abrir a la fuerza la puerta del inmueble encontrando a la menor sin vida.
Familiares de la víctima manifestaron que la menor había empezado a sufrir de problemas depresivos desde hace un tiempo, cuando en el último colegio de Bucaramanga donde cursó sus estudios de bachillerato fue víctima de bullying por parte de sus compañeros.
“Ella le contaba a mi mamá que le hacían bullying, ella se ponía a llorar. Mi mamá para no verla mal, la tuvo que sacar. No hizo más nada, sino sacarla”, dijo un hermano de la fallecida.
Desde hace cerca de un año la niña no había vuelto a las aulas, pero habría quedado con las graves secuelas.
“Ella después de eso se sentía con depresión, no quería salir ni a la esquina y la tienda. Sentía que salía y se iban a burlar de ella… Cayó en una depresión muy fea”, añadió
Por más de que sus seres queridos en varias veces le ofrecieron ayuda profesional psicológica para que fuera escuchada, la joven se rehusó a aceptarla.
Ayer esta familia, oriunda de San Felipe, Estado Yaracuy, Venezuela, esperaba en Medicina Legal la entrega del cuerpo para despedir con todo el cariño y el amor a la pequeña.
Las autoridades investigan si se cumplieron los protocolos para evitar la muerte de la menor.