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Niña de 13 años, víctima de matoneo, apareció sin vida en Bucaramanga

En el último colegio de Bucaramanga que cursó sus estudios de bachillerato fue víctima de bullying por parte de sus compañeros.

Hay dolor, tristeza y desconsuelo en el seno de una familia migrante residente en Bucaramanga por la pérdida de una menor, de escasos 13 años, quien tomó la fatídica decisión de acabar con su vida.

Esta lamentable situación se dio al interior de una vivienda en el asentamiento humano Gallineral, ubicado en la ribera del río de Oro, en la capital santandereana, en la tarde del pasado martes.

En hechos que son investigados, de acuerdo a lo revelado por las autoridades y los familiares de la fallecida, la menor se encontraba sola en el inmueble entre las 2:30 p. m. y las 6:00 p. m. del día en mención.

Cuando llegó su progenitora, la niña no le abrió la puerta pese a tocar y llamarla insistentemente. Con ayuda de un vecino, fue posible abrir a la fuerza la puerta del inmueble encontrando una desgarradora escena.

La pequeña se había quitado la vida mediante suspensión, atando su cuello a una de las columnas de la casa. Aunque fue bajada e intentaron ayudarla, ella ya no tenía signos vitales.

“Sentía depresión”

Familiares de la menor le manifestaron a Q’hubo que la menor había empezado a sufrir de problemas depresivos desde hace un tiempo, cuando en el último colegio de Bucaramanga donde cursó sus estudios de bachillerato fue víctima de bullying por parte de sus compañeros.

“Ella le contaba a mi mamá que le hacían bullying, ella se ponía a llorar. Mi mamá para no verla mal, la tuvo que sacar. No hizo más nada, sino sacarla”, dijo un hermano de la fallecida.

Desde hace cerca de un año, la niña de 13 años no había vuelto a las aulas, pero habría quedado con las graves secuelas.

“Ella después de eso se sentía con depresión, no quería salir ni a la esquina y la tienda. Sentía que salía y se iban a burlar de ella… Cayó en una depresión muy fea”, añadió

Por más de que sus seres queridos en varias veces le ofrecieron ayuda profesional psicológica para que fuera escuchada, la joven se rehusó a aceptarla.

Ayer esta familia, oriunda de San Felipe, Estado Yaracuy, Venezuela, esperaba en Medicina Legal la entrega del cuerpo para despedir con todo el cariño y el amor a la pequeña, mismos sentimientos con los que siempre la van a recordar.


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