Mientras su padrastro permanece en una estación de Policía a la espera que inicie la etapa de juicio para conocer su responsabilidad y la probable condena, este fin de semana se cumplió en el Cementerio Central de Bucaramanga el sepelio del pequeño de dos años que murió por múltiples golpes en el Hospital Universitario de Santander.
Los gastos corrieron por la Alcaldía de Bucaramanga mediante un convenio que mantiene con la Funeraria Paulo VI. En el entierro estuvo presente la madre, una mujer de nacionalidad venezolana, así como otros familiares.
Una fuente de la Fiscalía le aseguró a Q’hubo que el proceso continúa y aún se esperan recaudar otras pruebas para conocer si alguna otra persona que convivía con el menor en una vivienda del barrio Morrorrico, incluyendo a su progenitora, se vincularía al proceso.
Como se recordara el niño murió en el HUS, el pasado 2 de febrero, y tras las primeras investigaciones se sindicó a su padrastro, Orly Alexander Gil, un ciudadano venezolano de 28 años, de su muerte y presunta violación por lo que afronta en prisión un proceso por los delitos de homicidio agravado, acceso carnal agravado y tortura agravada.