Drásticas restricciones a la movilidad, fronteras cerradas al exterior, confinamientos de ciudades enteras como Shanghái, desabastecimiento, e incluso disturbios, saqueos y hasta medidas extremas como separar a los padres de los hijos contagios o sacrificar a perros y gatos por ser vectores del virus.
Esa es la radiografía de China, país que enfrenta una inusual ola del COVID-19, atribuido a la variante ómicron provocando cifras récords de contagios, especialmente asintomáticos, no vistas desde el inicio de la pandemia, cuando se controló el brote inicial de en Wuhan, a comienzos de 2020.
En medio de este escenario de tensión social y desafío político, la actual crisis sanitaria ha puesto en tela de juicio la política china de “covid cero”, que el gigante asiático insiste en defender.
A diferencia de Occidente, China no busca desplegar estrategias para ‘convivir con el virus’, sino eliminarlo por completo, centrándose en impedir los contagios y tratar de frenar la transmisión comunitaria con estrictas medidas que vienen generando el descontento social.
Variables a tener en cuenta
Para Carlos Enrique Trillos, epidemiólogo y docente de la Universidad del Rosario, la situación en China, que experimenta un aumento del número de casos y de fallecimientos, así como nuevos confinamientos, debe ser analizada desde una perspectiva sanitaria, social, económica y política.
En primer lugar, señala que el ingreso de la variante ómicron a ese país, explica el aumento de casos y muertes. Es decir, ómicron ha devuelto a China a su punto de partida en su lucha contra el COVID-19.
Desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, en China se han infectado 164.393 personas y fallecido 4.638. En tanto, el número total de contagiados activos en la China continental asciende a 22.589, 80 de ellos en estado grave, según las estadísticas oficiales.
“Se debe recordar que la variante ómicron, especialmente el sublinaje BA.2 es mucho más contagiosa que el SARS-CoV-2 de Wuhan y otras, y puede producir reinfecciones en personas que han tenido COVID-19 previamente o que están vacunadas, la diferencia son menores complicaciones y menor mortalidad”, subraya el epidemiólogo Trillos.
En promedio, en China, de unos 1.400 millones de habitantes, se reportan un promedio diario de 20.000 casos, el 80% de ellos asintomáticos.
Si bien no se tienen cifras de inmunidad híbrida (combinación de inmunidad natural e inmunidad generada por la vacuna) en China, el experto indica que es más probable que sea inferior al de otras partes del mundo.
Esto, según explica, facilita las reinfecciones, aun cuando es un país con una cobertura de vacunación del 86% con esquema completo, y con el 89% al menos una dosis. Vacunación, no obstante, que ha evitado complicaciones y muertes, remarca.
Hartazgo social por largos confinamientos
Dionne Cruz, presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública, considera que la estrategia “cero tolerancia” en un país que ha tenido unas fuertes medidas de aislamiento, restricciones y pruebas masivas, sumado a una vacunación extendida, “lo que demuestra es que las personas que no se han vacunado, o que no tienen la pauta completa, son las que las están contagiándose y muriendo”.
Sobre ese punto, Trillos afirma que precisamente esa política para el manejo de la pandemia de China es que se vean medidas muy rigurosas y nuevos confinamientos que generan rechazo y hartazgo por parte de la población.
Por ejemplo, Shanghái, la ciudad más poblada de China con unos 25 millones de habitantes, lleva más de 20 días confinada en medio de la ira, angustia, saqueos, y un futuro incierto.
Aunque esta semana en algunos sectores de bajo riesgo se suavizaron las medidas para contener los contagios récords en esta urbe, donde se han construido más de 1.000 hospitales temporales para tratar a los infectados.
En todo este contexto, el docente de la Universidad del Rosario hace claridad sobre el tema de la efectividad de las vacunas.
“Con el pico actual en China, no podemos hablar sobre una menor eficacia de las vacunas de virus inactivos que se usan en ese país y otras partes del mundo; para concluir esto, se requieren estudios rigurosos de efectividad en varias regiones del mundo, que incluyan variantes como la ómicron y el sublinaje BA.2”, argumenta.
Sin embargo, el incremento de casos no es exclusivo de China, aclara por su parte Cruz, pues señala que también está pasando en Corea del Sur, Vietnam, Tailandia y países europeos como Reino Unido, Alemania y España, aunque con menores tasas de mortalidad.
Frente a este fenómeno, el epidemiólogo Trillos dice que lo más importante “es avanzar en investigaciones que nos lleven a opciones de vacunas polivalentes, para proyectarnos en el largo plazo”.