Rescatistas y militares trabajan sin descanso entre las ruinas para atender la emergencia en Marruecos que ya deja más de dos mil muertos. El sismo de 6.8, ocurrido el pasado viernes devastó varias ciudades y poblaciones de ese país del norte de África.
El número de muertos por el terremoto llegó a 2.012 personas y los heridos ascienden a 2.059, según los datos reunidos por el Ministerio del Interior marroquí.
El Gobierno informó que del total de heridos, 1.404 se encuentran en estado grave. Según los últimos datos oficiales, se registraron víctimas en una decena de provincias: Al Haouz, -al sur de Marrakech y cercana al epicentro-, con 1.293 fallecidos, seguida de Taroudant (452), Chichaoua (191), Ouarzazate (41), Marrakech (15), Azilal (11), Agadir (5), Casablanca (3), Al Youssufia (1) y en Tinguir (1).
El boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí explica que el terremoto, de magnitud 7, sacudió la región septentrional marroquí de Marrakech a 8 kilómetros de profundidad.
El papa Francisco envió mensaje de solidaridad
El papa Francisco expresó este domingo, 10 de septiembre, su cercanía al «querido pueblo de Marruecos, golpeado por un devastador terremoto» y pidió «que la ayuda concreta de todos pueda sostener a la población en este momento trágico», en un mensaje al final del rezo dominical del ángelus en la plaza de San Pedro.
El papa también afirmó que reza «por los heridos y por los que han perdido la vida, muchos… y por sus familias» y agradeció a la labor «a los socorristas y a quienes trabajan para aliviar el sufrimiento de la gente».
«Estamos cerca del pueblo de Marruecos», agregó.
Este sábado, el papa Francisco ya envió a la Iglesia local un telegrama en el que garantizaba «sus oraciones ante esta catástrofe natural» y se muestra «entristecido por este acontecimiento» y expresaba su «profunda solidaridad con quienes están tocados en la carne y en el corazón por esta tragedia».