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Los goles en los Mundiales que inmortalizaron a Diego Armando Maradona

El astro argentino marcó 'La Mano de Dios' y el 'Barrilete Cósmico' ante Inglaterra, en México 1986.

Diego Armando Maradona dejó de existir el 25 de noviembre de 2020, pero sus goles quedaron para la eternidad.

El histórico ídolo argentino, considerado como un dios por muchos de sus compatriotas, tocó el cielo gracias a los dos goles que le marcó a Inglaterra en la Copa Mundial de México 1986.

Nacieron el ‘Barrilete Cósmico’ y ‘La Mano de Dios’, los dos goles más reconocidos en la historia de los Mundiales.

Historia pura
Aquel 22 de junio, los sudamericanos salieron, quizá impulsados por los hechos ocurridos en la Guerra de Las Malvinas, a vencer a como diera lugar a los ingleses.

Cuentan muchos de los que vivieron las charlas previas al encuentro que incluso hubo lágrimas de emoción por parte de los jugadores.

Uno de los más emocionados, y que en ese momento no tenía ni idea lo que estaba por ocurrir en el partido de cuartos de final, fue Maradona.

El ‘10’, que a esa altura de la competencia ya era figura, salió con el ‘cuchillo entre los dientes’, escoltado por Jorge Valdano, Héctor Enrique y Jorge Burruchaga, entre otros, con el objetivo de devolver la gloria a su país.

El partido comenzó con bastantes dudas para los sudamericanos, los goles no llegaban e incluso el primer tiempo terminó sin anotaciones, para decepción del técnico Carlos Salvador Bilardo.

Apenas a los 6 minutos de la segunda parte, Maradona tomó la pelota y se fue de manera individual, desde la izquierda hacia el centro. Intentó controlar con Valdano, quien no pudo, el balón lo rechazó Kenny Sansom, con destino hacia Peter Shilton.

Sin embargo, ‘El Pelusa’, que comenzó la jugada y la siguió corriendo hacia el arquero inglés, saltó, impulsado por el amor de su país y las ganas de estar en las semifinales, y remató…con su mano izquierda.

El jugador salió a celebrar, levantando los brazos y el central del compromiso, el tunecino Alí Bin Nasser, quien años después vio como su apellido se convirtió en ‘sinónimo’ de ceguera en su país, al menos de broma, dio el gol por válido.

“Fue una sensación agradable, como una especie de venganza simbólica contra los ingleses (por lo ocurrido con las Malvinas)”, dijo Maradona, años después en el documental “Maradona: Rebelde, héroe, estafador, dios”.

El gol dejó tantas ‘heridas’ en los ingleses que, años después, Shilton aseguró que ‘El Pelusa’ “nunca se disculpó. Nunca en ningún momento dijo que había hecho trampa y que le gustaría pedir perdón. En cambio, usó su línea ‘Mano de Dios’. Eso no estuvo bien. Parece que había grandeza en él, pero lamentablemente no tenía espíritu deportivo”.

‘Barrilete Cósmico’
Volviendo al estadio Azteca, de la Ciudad de México, tan solo cuatro minutos después vino una auténtica obra maestra, que incluso terminó siendo mencionado como el mejor del siglo 20 y algunos lo llaman el mejor en la historia de los Mundiales.

Maradona, quien hasta ese momento no sabía que se iba a inmortalizar con lo que estaba por hacer, recibió la pelota en terreno propio y comenzó una ‘cabalgata’ de 52 metros que lo llevó a ser considerado como ‘D10S’.

Hasta cinco rivales intentaron quitarle la pelota al argentino, que en ese momento fue imparable para sus rivales e incluso para Shilton, que vio cómo su arco cayó por segunda vez tan solo cuatro minutos después del primer gol.

Las lágrimas que derramó Víctor Hugo Morales, reconocido narrador uruguayo, demostraron lo emotivo del gol y lo increíble, una de las palabras más comunes en el deporte, de la anotación que realizó Maradona, a quien el propio comunicador terminó nombrando como ‘Barrilete Cósmico’.

“El ‘negro’ (Héctor) Enrique dice que me dio un pase que me dejó solo. Tengo la suerte de encarar y ver a los ingleses que no me podían agarrar, no podían llegar a la pelota. A mí no me paraba nadie. Cuando la empujé sentí una patada de (Terry) Butcher en el tobillo derecho, que me rompió, pero era tan grande la alegría que no me dolió”, contó Maradona a Espn, hace unos años, en una entrevista en la que reconoció que ese era “un gol soñado, no porque lo hiciera yo”.

El destino, el fútbol y Maradona se encargaron de que aquel 22 de junio se marcaran los dos goles más icónicos en la historia de los Mundiales. ¿Veremos uno de semejante importantancia en Catar?

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