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‘Mochoman’, la mente inquebrantable del campeón que llegó a Bucaramanga

El pedalista llegó a Bucaramanga y participará en el Reto Movistar, este domingo.

A Juan José Florián ‘Mochoman’ lo invitaron a tomar parte del Reto Movistar, que será en Santander sobre 106 kilómetros aproximadamente y él, acostumbrado a asumir retos que para cualquier mortal son imposibles, decidió subirse a su bicicleta y pedalear alrededor de 500 kilómetros entre Cajicá y el Alto de Curos.

Solo de imaginar el trayecto se agita la respiración y las piernas duelen de pensar en los 8.016 metros acumulados de desnivel que superó en dos días para presentarse en el Reto, que será este domingo entre Bucaramanga y el Puente El Tablazo.

Justamente, ese último puerto de montaña, para coronar el Alto de Curos desde el Puente Pescadero, le iba pasando factura al paraciclista antioqueño, quien sufrió la inclemencia del sol y el desgaste de dos días de muchos kilómetros encima.

Además, los muñones de los brazos los tenía muy inflamados y, para tener en cuenta, el tema de la alimentación, porque ‘Mochomán’ no se puede nutrir como el resto de los ciclistas, porque a él le corresponde los líquidos y los geles, debido a que para comer algo más sólido le tocaría parar.



Pero aunque el cansancio y el cuerpo le gritaban ‘ya no más’, la mente de este exguerrillero y soldado lo empujaron a cumplir con el objetivo.

Esa misma fuerza mental que lo llevó en su momento a escaparse de la guerrilla, que lo reclutó forzosamente muy joven y que lo impulsó a pedalear a pesar de que en un combate, cuando ya era soldado profesional, perdió los miembros superiores, la pierna derecha, la visión del ojo derecho y quedó con disminución auditiva.

Justamente, esos instantes de asimilar la discapacidad fueron muy duros para el corredor de Mundiales y demás eventos de talla internacional, porque como él mismo reconoce “mucho tiempo viví en medio del odio, del rencor, mucho tiempo en el rol de víctima, odié mi cuerpo y me empecé a destruir mentalmente y también a mi familia. Esa falta de voluntad de cambiar es algo que afecta a las personas, pero cambié la actitud y llené esos espacios que me quedaban en mi mente de objetivos y así empecé en la bicicleta”.

En su ‘caballito de acero’ encontró al amigo perfecto con el que dejó atrás las dificultades y con el plato pequeño y los piñones grandes derrumbó paradigmas y escaló los premios de montaña más inclinados para alcanzar el éxito.

Antes de ingresar al mundo de las ‘bielas y los pedales’, practicó la natación y se ‘bañó en oro’ en varias oportunidades pero en la ‘bici’ dio el paso que necesitaba para su superación.

Y si de superación se trata, adaptar la bicicleta fue todo un reto, porque no hallaba el apoyo necesario.
Sin embargo, perseveró y la recompensa al esfuerzo se tradujo en muchos triunfos en los principales eventos de paraciclismo del planeta.

Hoy en día es la motivación de sus dos hijos y familia, así como de miles de personas que cuando ven lo que consigue, toman un segundo aire y se llenan de motivación para vencer las adversidades.

“Muy feliz de estar en Santander, muy agradecido por el apoyo de la gente, no era fácil, porque fueron muchas subidas y descensos difíciles, con lluvia y sol; la fatiga empieza a pasar factura y ahí es donde la mente hace su trabajo”, dijo Mochoman, quien siempre muestra su sonrisa, al finalizar el exigente trayecto.

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