Durante el pasado fin de semana se corrió la Clásica ciclística Nacional Málaga Somos Todos, que se adelantó en dos etapas. La primera arrancó en Concepción y finalizó en Málaga, y la segunda se inició en Capitanejo y terminó en Málaga.
A la competencia asistieron cerca de 113 competidores de Boyacá, Venezuela, Cundinamarca, Meta, Norte de Santander y de municipios de Santander como Bucaramanga, Piedecuesta, Barrancabermeja, Málaga, San José de Miranda y Carcasí, entre otros.
Varios de los competidores acudieron a la cita con el deporte con lo mejor de su indumentaria, jerseys repletos de marcas patrocinadoras, bicicletas con lo último en tecnología y hasta zapatillas en fibra de carbono
Sin embargo, entre los corredores, llamó la atención la presencia de un joven que disputó la carrera con botas de trabajo, similares a las famosas ‘punta de acero’ que usan los trabajadores de la industria, y con una antigua bicicleta de hierro que compró en $400.000 y cuyo peso puede ser hasta de 15 kilogramos.
Se trata de Oscar Javier Duarte, un habitante de la vereda El Reposo de Carcasí, Santander, que lleva cerca de un año entrenando en el sector rural y soñaba con disputar su primera competencia ciclística.
“Yo me dedico a trabajar, me toca sacar ‘papita’, una vez que otra me toca ordeñar, ‘tirar la teta’, pero en mis ratos libres yo monto en bicicleta”, manifestó Duarte García en una entrevista al medio digital Málaga Vive.
Oscar Javier se inscribió en la competencia luego de ahorrar durante varios meses. El pasado sábado llegó hasta el municipio de Concepción en donde se iniciaba la etapa contrarreloj, de cerca de 12 kilómetros, hasta Málaga.
Con su bicicleta y las ganas inmensas de correr, el joven se acercó hasta el punto de salida. Sin embargo, los organizadores de la competencia le exigieron para disputar la contrarreloj un casco de seguridad que él no tenía. Desesperado por competir rogó a la organización y uno de los asistentes le prestó el elemento de seguridad.
El joven corrió la contrarreloj y llegó en el puesto 33 de la categoría Élite, a 11 minutos y tres segundos del líder de la primera etapa. No obstante, más allá del resultado, su historia comenzó a tomar protagonismo en la Clásica ciclística.
El pasado domingo, 8 de octubre, el joven campesino llegó hasta el municipio de Capitanejo a disputar la segunda etapa pero también a recibir sorpresas. La gerente de la Emisora Comunitaria Los Andes Estéreo de Málaga, María Niyiret Barrera, conoció la historia del joven, habló con él y ese domingo le facilitó la indumentaria para la segunda etapa.
“Vi en la primera etapa, en Concepción, a un muchacho desesperado porque no lo dejaban competir porque no llevaba los elementos de seguridad. Yo soy ciclista amateur y hago parte de un grupo con el que salimos a pedalear. En mis inicios arranqué con elementos básicos, entre ellos un casco. Le prometí que se lo prestaría el domingo. Empaqué el casco y una badana y llegué al puente en el que arrancaba la segunda etapa”.
La gerente de la emisora creyó que el joven no había asistido a la segunda etapa, sin embargo, cuando se encontraron la sorpresa del competidor la conmovió. “Su carita y sus ojos se llenaron de alegría, recibió la badana y el casco y se los puso emocionado. Es gratificante poder ayudar a un joven que tiene las esperanzas puestas en darse a conocer”, expresó María Niyiret.
Con el ánimo al 100 %, Oscar Javier pedaleó cerca de 39 kilómetros y cruzó la meta en Málaga. Pese a que no llegó entre los primeros lugares, el joven terminó siendo ganador.
“Su mayor anhelo era competir. Su historia se dio a conocer y el domingo, tras finalizar la carrera, un ciclista se acercó y le regaló un caso profesional, otro le obsequió una camiseta de la marca que produce Rigoberto Urán. Sus lágrimas fueron las de un campeón mundial”, expresó el alcalde de Málaga, Óscar Joya.
Tal fue el alcance de la historia, que el medio de comunicación Málaga Vive organizó una campaña para poder comprarle una bicicleta de ruta al joven. Varias personas han donado recursos y se habla de que alguien tiene la intención de donarle un ‘caballito de acero’.
“Me siento muy orgulloso con lo que tengo a pesar de todo. Cuando usted tiene corzaón y se siente capacitado y con buenas piernas no hay un mundo que lo detenga. Así sea el último pero el honor es llegar a la meta”, sentenció el aguerrido ciclista.
