Luego de la captura de seis personas por la desaparición del niño Maximiliano Tabares Cano, incluyendo la mamá, el padrastro y su abuela, las autoridades filtraron algunos de los hallazgos que dejaron los allanamientos a la llamada secta Los Carneros, tal como se haría llamar el grupo liderado por el padrastro del menor, dedicados a la satanería y la guaquería.
La Policía encontró en la vivienda de la abuela de Maximiliano, en el municipio de Remedios, muñecos de santería y decenas de libros sobre magia negra.
Entre los libros encontrados figuran, por ejemplo, títulos como el Libro de Cipriano, asociado a magia negra, adivinación y un catálogo de demonios con sus nombres y oficios y decenas de operaciones y conjuros para conseguir poderes y riquezas.
También se encontró un muñeco con una especie de rostro infantil dibujado. Además había cientos de botellas con diversos contenidos.
Según informó la Policía, el testimonio de un exintegrante de Los Carneros fue el que permitió establecer la relación directa entre la operación de dicha secta, dedicada a encontrar guacas de oro, con la desaparición del niño.
La investigación de las autoridades permitió establecer una posible relación directa entre los intereses de esa secta para encontrar oro a través de “espíritus” con la desaparición del niño.
También señalaron las autoridades que entre los capturados se encuentra alias “Orejas”, quien sería el encargado de visualizar “espíritus” y luego transmitía al líder de la secta, es decir, al padrastro del niño, las supuestas peticiones de dichos espíritus. Este hombre y su pareja, también capturada, vivían como inquilinos en la casa de Maximiliano. Llamó la atención a las autoridades la influencia y casi control total que ejercía el padrastro sobre el resto de los integrantes.
Los seis capturados deberán responder por los delitos de desaparición forzada, concierto para delinquir, tortura, encubrimiento de tortura y lesiones personales con deformidad permanente.
