“Los cuerpos se encontraban en bolsas y estaban dispuestos en una celda de custodia del cementerio. La mayoría son hombres y tenían rastros de impactos de armas de fuego”, indicó la Directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), Luz Marina Monzón.
Olga Inés Urueña, mujer buscadora y lideresa en la región, asegura que esta acción humanitaria que realiza la Unidad de Búsqueda es un paso para determinar la suerte y el paradero de las personas desaparecidas en el municipio. “Yo busco a mi hijo, José Andrés López Urueña, desaparecido desde 2001. Esto nos genera una esperanza muy grande, porque encuentren o no a mí hijo, el hallazgo de una persona desaparecida es darle tranquilidad a una familia que lo está buscando”.
La acción humanitaria responde al Plan Regional de Búsqueda de la UBPD en el Magdalena Caldense y, a su vez, es producto del trabajo articulado y complementario con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Según la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, en el cementerio de La Dorada hay 49 sitios de interés forense en donde hay cuerpos no identificados que se encuentran en un nivel alto de riesgo.
La investigación humanitaria de la Unidad de Búsqueda, a su vez, fue realizada a partir de la información y participación de las organizaciones de la región como: Movice, Fundación para el Desarrollo Comunitario de Samaná (Fundecos); el Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial (Equitas) y el Centro de estudios sobre conflicto, violencia y convivencia social (Cedat), y la información recaudada por la UIA-JEP.
Los cuerpos no identificados que permanecen en el cementerio municipal de La Dorada han sido cambiados de lugar en múltiples ocasiones, así como exhumados sin orden judicial y rotulados con distintos nombres por parte de la comunidad tras la adopción de cadáveres.