El barrio San Fernando, en Cartagena, en una noche oscura, se vio sacudido por un acto de violencia que dejó consternados a sus residentes. Francisco Javier Barrientos Arango, de 35 años y padre de tres hijos, encontró un final trágico cuando fue abordado por sicarios en moto mientras mantenía una conversación con una mujer en un callejón conocido como Charles Chaplin.
El crudo suceso, que tuvo lugar el pasado domingo 21 de abril a las 7:26 de la noche, quedó registrado por una cámara de seguridad, evidencia crucial para las autoridades encargadas de esclarecer el caso. Mientras Barrientos dialogaba, dos hombres en moto se aproximaron a él sin levantar sospechas.
Sin previo aviso, el parrillero de la moto desenfundó su arma y disparó tres veces hacia Barrientos, segando su vida de manera instantánea. El ataque no cesó ahí, con frialdad, el sicario se acercó a la víctima caída y le propinó un último disparo, asegurando su trágico destino.
La escena del crimen, marcada por la brutalidad y la sorpresa, ha dejado perplejos a familiares y amigos de Barrientos, quienes desconocían cualquier amenaza en su contra. Aunque las autoridades no han reportado anotaciones judiciales en su historial, las investigaciones apuntan hacia la posibilidad de que Barrientos fuera citado específicamente al lugar del crimen, siendo un residente que no pertenecía al barrio San Fernando.
“Siempre alegre. Siempre con una sonrisa en su rostro. Se fue dejándonos a todos un trozo de sus risas, sus historias, su bondad de alma noble. Buen viaje”, expresaron los allegados de la víctima a través de redes sociales.
Este fatal incidente no está aislado. Tan solo una hora antes, otro hombre, Alex Catalán Cantillo, fue víctima de un ataque similar en el barrio Los Calamares. Las similitudes entre ambos casos, incluyendo la presunta citación de las víctimas a los lugares donde fueron atacadas, sugieren un modus operandi común por parte de los perpetradores.
En el caso de Alex Catalán Cantillo, de 33 años, se han revelado detalles que sugieren posibles motivaciones detrás del crimen. Con un historial delictivo que incluye nueve anotaciones judiciales por homicidio, hurto, tráfico de estupefacientes y amenaza, se plantea la hipótesis de un ajuste de cuentas como trasfondo de su asesinato.
La comunidad de Cartagena se encuentra consternada ante estos actos de violencia sin sentido, mientras las autoridades continúan sus esfuerzos para llevar a los responsables ante la justicia y brindar un atisbo de paz a los residentes afectados por estos trágicos sucesos.
