Si bien Colombia aún está lejos de enfrentar una crisis como la observada en Estados Unidos, donde el fentanilo ha causado miles de muertes anuales, las autoridades advierten sobre la necesidad de estar alerta ante esta droga altamente adictiva.
El informe revela que, aunque por el momento el fentanilo circula principalmente en su forma legal de uso intrahospitalario, es decir, utilizado por personal médico para aliviar el dolor, se han registrado un aumento significativo en las incautaciones por tráfico irregular.
Estos decomisos reflejan una tendencia creciente de traficar con el material, con casos que van desde unas pocas ampollas hasta cantidades alarmantes de hasta dos mil ampollas, como el incidente más reciente en Maicao.
A pesar de que el balance de muertes asociadas al fentanilo en Colombia no es tan alarmante como en otros países, con 30 casos registrados en una década, se observa un aumento en el consumo, especialmente a partir de 2021. Esto ha llevado a mezclas peligrosas con otras sustancias, como la ketamina, y a un mayor riesgo de sobredosis.
En respuesta a esta preocupante tendencia, el Ministerio de Justicia ha propuesto una serie de medidas para abordar el problema, incluyendo seguimientos más frecuentes al panorama general del fentanilo y desarticulación de las redes dedicadas a su desvío hacia el mercado negro.
Además, se han planteado iniciativas como campañas de prevención, estrategias de reducción de riesgos y daños, fortalecimiento de la capacidad de atención de urgencias toxicológicas y mejora en los laboratorios forenses y de toxicología.
Aunque hasta el momento no se ha identificado ninguna organización delictiva dedicada exclusivamente al tráfico irregular de fentanilo, las autoridades continúan con las investigaciones y el monitoreo constante. La clave para abordar este problema reside en la prevención del consumo problemático y en la capacitación de las autoridades para enfrentar esta creciente amenaza.
