La localidad de Chivor, en Boyacá, se destaca como una de las cinco poblaciones más relevantes en la producción minera de esmeraldas en Colombia, junto con Maripí, Muzo, San Pablo y Gachalá.
Fue en este municipio boyacense donde un grupo de mineros descubrió una roca que albergaba una considerable cantidad de lo que aparentemente son esmeraldas.
Este hallazgo quedó registrado en un video que se volvió viral en las redes sociales, mostrando cómo un minero abre la roca, revelando los fragmentos de este mineral verde.
En relación con este descubrimiento, cientos de usuarios han expresado opiniones sobre la autenticidad de las esmeraldas, mientras que otros han especulado sobre el posible valor que podrían tener en el mercado, considerando que las esmeraldas son altamente valoradas en la creación de joyas exclusivas.
Aunque el video sugiere un descubrimiento impresionante por parte de los mineros, según los expertos, este tipo de hallazgos ocurre con mayor regularidad de lo que parece. Las piedras con numerosas esmeraldas se conocen comúnmente como «moralla» o «ganga».
El precio de estas piedras varía según la calidad del mineral y su estado de formación, pudiendo oscilar entre 10 millones de pesos o más. Sin embargo, en el mercado de joyas, este valor no resulta excesivamente significativo.
El creador de contenido colombiano, Diego Castro, reconocido en las redes sociales como Diego Andariego, publicó un video en su canal de YouTube donde expone, en sus propias palabras, la dura realidad que enfrentan los esmeralderos en Colombia.
En el video, el youtuber muestra el arduo trabajo al que se someten los campesinos para encontrar, con suerte, alguna piedra preciosa que les ayude en su sustento económico.
Diego explica que la «voladora» es una práctica de minería artesanal que se lleva a cabo en diversas regiones, especialmente en el occidente del departamento boyacense. Hombres y mujeres buscan en el material estéril dejado por las empresas mineras la posibilidad de encontrar una esmeralda para su sustento.
En la madrugada, muchos pobladores hacen largas filas para acceder al lugar donde las compañías mineras desechan escombros. Empresas dedicadas al sector minero desechan materiales, y cientos de personas, autodenominadas guaqueros, recogen estos escombros con la esperanza de encontrar una esmeralda y así mejorar su situación económica.
Una vez recolectado, los guaqueros llevan los elementos al río para lavarlos. Los lugareños relatan que pueden pasar días o incluso semanas antes de encontrar alguna piedra preciosa que compense el esfuerzo que realizan a diario de manera informal en busca de sustento para sus hogares.
