Mientras se encontraba disfrutando de una tarde de amigas durante este fin de semana, la joven Ana Valentina Vergel Guerrero, de 21 años y oriunda de Ocaña (Norte de Santander) fue secuestrada por un grupo de hombres que se le llevaron a la fuerza a bordo de una camioneta con rumbo desconocido.
El secuestro sucedió en en la vereda El Cimarrón del municipio de Río de Oro, zona baja al sur del Cesar en un establecimiento comercial en la Ruta del Sol entre los municipios de Aguachica y San Martín.
Los secuestradores descendieron de las dos camionetas en las que arribaron e irrumpieron en la reunión de Ana Valentina con sus amigas, llevándosela por la fuerza. Durante el incidente, se produjo un intercambio de disparos entre los criminales y los agentes de la patrulla policial que acudieron al lugar en respuesta a una llamada de auxilio.
Cabe resaltar que este lugar no queda muy lejos de la región del Catatumbo en el Norte de Santander. La Policía realizó un consejo de seguridad de manera urgente tras el secuestro de la joven y ofreció públicamente la recompensa de 30 millones de pesos a quien dé información que permita encontrarla.
Las autoridades no han determinado qué grupo al margen de la ley está por detrás del secuestro de Ana Valentina.
Actualmente, las autoridades han desplegado una vasta operación de búsqueda en la región para encontrar a la joven ocañera de quien se conoció, según sus familiares, que necesita un tratamiento de insulina para tratar la diabetes que padece.
Un historial de secuestros
El secuestro de Ana Valentina es el tercero que ocurre dentro de su núcleo familiar. La familia de la joven ocañera se ha tenido que enfrentar en dos ocasiones a la incertidumbre y la zozobra que la desaparición de un ser querido genera.
En 2019, el padre de la universitaria estuvo privado de la libertad por varias semanas y fue rescatado tras un exhaustivo operativo realizado por la Fuerza Aeroespacial (antes Fuerza Aérea) y el Gaula. Seis años antes, en 2013, el abuelo de la mujer de 21 años fue secuestrado en Norte de Santander y su paradero permanece desconocido hasta el día de hoy.