En el corregimiento de Tabiles, zona rural del municipio de Linares, Nariño, se llevó a cabo una impactante masacre que cobró la vida de tres adultos y un menor de edad. Según el informe de Indepaz, el incidente ocurrió el 30 de diciembre, marcando la número 95 en el año que finalizó.
Las víctimas, secuestradas el 28 de diciembre mientras se encontraban en una finca, fueron encontradas dos días después con heridas de arma de fuego. Sorprendentemente, ninguna denuncia fue presentada por los familiares, quienes temían represalias, según Benildo Estupiñán, secretario de Gobierno de Nariño.
Las personas fallecidas fueron identificadas como Martha Yolanda Benavidez, Orgey Bayardo Melo y Jhojan Rodríguez, de 17 años. La identidad de la cuarta víctima, un trabajador de la finca, aún no se ha revelado.
Se ha señalado que la mujer asesinada era pareja de un líder social del corregimiento de Sánchez, en la zona rural del municipio de Policarpa, pero estaba en Linares para celebrar las festividades de fin de año con su familia.
Dentro de las personas afectadas, se hallaba un niño de 2 años, siendo el único miembro que los agresores entregaron a salvo.
Indepaz alertó sobre la presencia en la zona de integrantes del Estado Mayor Central, disidencias de las FARC y el ELN, quienes constantemente disputan el control territorial.
Escalada de masacres revela informe de Indepaz
En 2023, se documentaron 95 masacres con 307 víctimas en todo el país, siendo los departamentos de Valle del Cauca, Atlántico, Nariño, Antioquia y Cauca los más afectados.
El informe también revela cifras alarmantes, con 188 defensores de derechos humanos y líderes sociales asesinados, 167,540 desplazados, más de 300 víctimas de masacres, 44 excombatientes de las FARC asesinados y 55 víctimas de minas antipersonal.
Indepaz resalta la preocupación por la situación en los departamentos de Cauca, Antioquia, Nariño y Valle del Cauca, donde el 55% de los crímenes contra defensores de derechos humanos o líderes sociales tuvieron lugar.
El informe señala que el panorama ha sido particularmente crítico para quienes ejercen liderazgo en Juntas de Acción Comunal, comunidades indígenas o forman parte de algún movimiento político.
Estos trágicos eventos muestran fluctuaciones desde mediados de 2022, con una disminución en los asesinatos que persistió hasta el primer trimestre del año siguiente, pero experimentando un aumento en los meses siguientes, coincidiendo con el período electoral.
