Mauricio Gutiérrez tenía pico y placa el pasado martes 25 de abril, razón por la cual decidió pedir un Uber para recoger en el colegio a sus hijos de cuatro y cinco años.
Abrió la aplicación y quien aceptó su solicitud fue el conductor de un vehículo modelo Dodge Journey. Desde el primer momento, Mauricio notó un comportamiento irascible del conductor, “no iba de buen humor”, dijo, pues discutió en un par de ocasiones con otros conductores con los que compartía vía por el sector del Tesoro, en El Poblado, sur de Medellín.
Al llegar al colegio a recoger a los niños, Mauricio contó que el conductor aceleró y por poco embiste a su hijo de cinco años, por lo que una de las maestras le llamó la atención al hombre, al igual que Mauricio.
«Yo realmente le recriminé porque una cosa es que discuta con alguien en una esquina y otra cosa es que me vaya a atropellar a mi hijo y me lo deje tirado”
Mauricio
El conductor, enfurecido por los reclamos de ambos, la emprendió con Mauricio, a quien le propinó siete heridas contundentes con un arma cortopunzante, delante de sus dos hijos.
“Me pegó siete puñaladas, de las cuales solo una no comprometió un órgano vital”, relató Mauricio, haciendo referencia a la herida que recibió en su mano izquierda intentando defenderse.
Las otras puñaladas las recibió en el esternón, muy cerca del corazón; dos en el pulmón izquierdo (una de ellas alcanzó a perforarlo), “además, me trató de degollar porque me lanzó otra puñalada en el cuello, de la que me defendí interponiendo mi mano izquierda; y otra en el estómago cerca al hígado”, agregó.
“Todas las puñaladas que él insertó en mi cuerpo, de manera dolosa, pudieron acabar con mi vida”, sentenció Mauricio, que se está recuperando de las múltiples cirugías y procedimientos médicos por los que lo incapacitaron durante 40 días.
Tras la agresión, el conductor huyó. Mauricio, como pudo, se levantó y con la chaqueta que llevaba puesta, cubrió su torso ensangrentado, agarró de la mano a sus hijos y los llevó hasta la casa que, en definitiva, quedaba cerca del colegio.
Mauricio prefirió anteponer el bienestar de sus hijos antes de irse a un hospital, al que luego fue remitido tras ser auxiliado por sus vecinos.
“Cuando llego a mi casa me empiezo a ahogar, me dolía la parte trasera de mi espalda, ya en la clínica me hicieron una radiografía de tórax y un procedimiento médico para determinar la gravedad de la perforación del pulmón izquierdo, por suerte todo salió bien”, dijo Mauricio.
Ya más recuperado y consciente, contactó a un bufete de abogados que, a su nombre, entablaron una denuncia por intento de homicidio que fue respaldada por un dictamen de Medicina Legal que determinó que los hechos fueron una tentativa de homicidio.
De hecho, el dictamen final del forense, al que tuvo acceso este diario, señala que “se sugiere protección para el evaluado”. Entre tanto, tanto él como sus hijos reciben ayuda psicológica para superar el traumático episodio.
¿Qué respondió Uber?
En medio de su recuperación tanto Mauricio como sus abogados se pusieron en contacto con Uber que, de acuerdo con su versión, solo respondió al hecho devolviendo el valor de la carrera que solicitó Mauricio ($20.000) y entregando los datos del conductor y del vehículo, al que le fue suspendido su perfil en la aplicación, al igual que el de Mauricio en calidad de usuario.
“Luego, la aseguradora de Uber, que es Allianz, me contacta y me generó mucha molestia su respuesta porque me dicen que ellos van a activar la póliza como daños a terceros, como si yo me hubiese golpeado un ojo nada más y aquí lo que hubo fue una tentativa de homicidio tal y como constató Medicina Legal”, sostuvo la víctima.
Tras corroborar los documentos que soportan el dictamen del forense, la aseguradora no se ha pronunciado al respecto. “Solo hay silencio”, dijo Mauricio.
“Tú y yo podemos discutir, no podemos tener la misma noción de la realidad, pero porque tú y yo discutamos, yo no puedo sacar un arma y pegarte siete puñaladas”, sentenció el hombre que pide justicia por su agresión, ya que su presunto agresor sigue sin ser judicializado por lo sucedido.
Además, denunció que el hombre, cuando lo atacó, intentó robarle sus dos celulares “para evitar que yo tuviese registro del uso de la aplicación y no tuviese como comprobarlo”.
“Esta batalla no es solo por mí, porque gracias a Dios yo me salvé, es por cualquier persona que se monta a un Uber y que haya una responsabilidad real, porque Uber gana por cada carrera, no hace esto por caridad. Si hay un negocio por el cual ganan, ¿cómo es posible que, a la hora de un problema, ellos se pierdan?”, concluyó Mauricio.