La víctima se encontraba haciendo deporte en una zona rural del municipio de Facatativá, cuando fue abordada por un sujeto encapuchado, que tras suministrarle una sustancia que la dejó en absoluto estado de indefensión, abusó de ella.
Por si fuera poco, el agresor le dejó una nota, en la que exponía las razones (como si las hubiera) que lo llevaron a cometer semejante atrocidad.
Madrugada de terror
Sucedió pasadas las 4:30 de la mañana en una zona boscosa ubicada en la vereda Mancilla, en Facatativá. La víctima, una mujer de 36 años, estaba haciendo deporte, como era su costumbre. En medio de su rutina, cuando estaba en inmediaciones de un paraje que los lugareños conocen como la vía Ecopetrol, fue abordada por un sujeto y es en ese punto donde empezó su pesadilla.
De acuerdo con las autoridades locales, el agresor cuidó rigurosamente de que su víctima no descubriera su identidad: iba ataviado con un pasamontañas y una vez le salió al paso, le roció una sustancia que la dejó somnolienta y, posteriormente, inconsciente.
“A las 2 de la tarde (de ese martes) recibimos un motivo policial por parte de la unidad médica Medifaca, en el cual nos informan el ingreso de una ciudadana que presentaba signos de violencia. Una vez el cuadrante llega al lugar y se entrevista con la doctora de turno, ella manifiesta que la paciente sería remitida al Hospital San Rafael para establecer si se trataba de un caso de violación”, le manifestó a Q’HUBO una fuente local.
La infamia del agresor
Horas después, el centro médico al que fue remitida confirmó que la víctima, quien trabaja en un juzgado civil municipal de Bogotá, en efecto había sido accedida carnalmente. La mujer tenía evidentes laceraciones que daban cuenta de la violencia y la ignominia a la que había sido sometida. Las agresiones se habrían consumado con un objeto contundente.
Al cierre de esta edición, no se conocía en detalle la sustancia que el agresor utilizó para inmovilizar a su víctima y cometer sus repudiables actos. Lo cierto es que la saña no paró con el ataque; de acuerdo con uniformados que atendieron el caso, “el victimario dejó una nota escrita (contenido privado) argumentando la razón de dicho ataque, elemento probatorio que está en manos del CTI para su respectiva investigación”.
Con tal acerbo probatorio, las autoridades le siguen el rastro al atacante, quien dejó varios cabos sueltos que pueden llevar a su pronta ubicación. Se espera que su captura se dé en los próximos días. ¡No más violencia contra la mujer!
La Secretaría de Salud departamental invita a denunciar cualquier caso de violencia a través de la línea 123 de la Policía Nacional o a la línea 122 de la Fiscalía General de la Nación.