Julio Armando Buelvas Salinas quizás sospechaba que en su casa, en la calle La Virgen del barrio Boston, lo esperaban amigos y familiares para celebrar su cumpleaños número 26 y por eso estaba contento y ansioso de llegar a la vivienda, en la tarde del pasado viernes 14 de abril.
El joven estaba trabajando desde temprano en las bodegas de la empresa Comerpes S. A., dedicada al procesamiento y comercialización de productos del mar, ubicadas en el barrio El Bosque.
Faltaba poco tiempo para que su jornada como asistente logístico de bodega terminara cuando la tragedia apareció para hacer de aquel fiestero día, una pesadilla que conmueve a toda Cartagena.
Julio Armando estaba trasladando una mercancía de un lugar a otro, en un cuarto de refrigeración, cuando un ascensor usado para el transporte de productos y herramientas de trabajo le cayó encima y lo aplastó. De inmediato sus compañeros intentaron socorrerlo, pero ya no había nada que hacer. Dicen que todo ocurrió en cuestión de segundos.
La Policía Metropolitana llegó al lugar para realizar las respectivas investigaciones e inspección del cadáver que estaba aprisionado entre el fondo del ascensor y el suelo. Su familia, que lo esperaba con una torta, su cena favorita y música por su cumpleaños, también fue avisada y llegaron al sitio, protagonizando escenas de dolor.
La empresa no ha entregado un informe oficial sobre lo ocurrido y tampoco ha dado declaraciones, pero este medio conoció que acompaña a los allegados a la víctima en el duro proceso. Se desconocen los detalles del accidente laboral y si hay algún responsable en particular. Todo está en manos de los investigadores.
Otra versión que este medio conoció es que Julio Armando caminaba por el sitio cuando un gancho que sostenía el ascensor se rompió justo en el momento que la víctima pasaba por debajo.
Mientras, en la empresa hay un profundo dolor ya que todos consideraban a Julio Armando como un gran compañero, colaborador, buen amigo y con un sentido de humor y actitud excepcional.
El joven estaba vinculado a la empresa desde febrero del 2020, caracterizándose por ser un buen empleado que siempre cumplía con sus obligaciones. Estudió en la Institución Perpetuo Socorro del barrio El Líbano y era amante del fútbol y compartir con amigos.
Su padre es reconocido en el gremio pesquero de la ciudad por hacer parte de asociaciones relacionadas con esta actividad.