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Se mantiene el precio del ‘corrientazo’, pese a las alzas en sus productos

El ‘corrientazo’ es una expresión popular que los colombianos le han dado a los almuerzos en los restaurantes. Tiene sopa, seco y jugo; y en muchos hay postre, de ñapa.

Mientras en otras ciudades hay alerta por el aumento del precio del más popular de todos los platos, el ‘corrientazo’, en Bucaramanga quienes viven de ese negocio dan parte de tranquilidad. Acá el plato favorito de la ‘clase obrera’ no ha subido aún.

Claro, nadie es ajeno a las alzas de los productos de la canasta familiar y en la injerencia que tendrían los costos en la bandeja que casi siempre lleva arroz, carne, papa y la infaltable sopa. Tranquilos, con todo eso, el precio no supera los $9 mil todavía.

Y es que en Bucaramanga, igual que en toda Colombia, ese plato es reflejo de una sociedad que ha tenido que aprender a sacarles el quite a las afugias económicas y, por supuesto, a no afectar tanto sus alicaídos bolsillos que deben responder no solo por el alimento sino por los gastos del hogar.

Muchos de quienes preparan este almuerzo aprendieron en la ‘escuela de la vida’ a conocer del sudor diario de cada comensal. Por eso ‘entre gustos no hay disgustos’ para calmar ‘el filo’ de los clientes para que al otro día puedan regresar.

¿Puede aumentar?

Aunque hay aumentos paulatinos en otras ciudades, por fortuna en Bucaramanga el valor se mantiene, claro, hay que estar preparados para un incremento, pues en los últimos meses varios productos del mercado se han disparado de precio.

Hace dos años, antes de la pandemia se podía encontrar en el centro de la capital de Santander un ‘corrientazo’ a $7 mil.

En lo que va corrido de este año, a octubre, la inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas llegó a 13,21%.

A pesar que la inflación sorprendió una variación mensual de 0,01%, los precios de los alimentos mantuvieron la tendencia al alza en los últimos meses.

Para el presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres), Guillermo Gómez París “es inevitable, por lo menos los establecimientos formales van a tener que aumentar el 27 por ciento en sus almuerzos.

“Es terrible, no quisiéramos hacerlo, pero hay presiones inflacionarias muy fuertes. Hay materias primas vitales como la carne, el pollo, el aceite, los huevos, los lácteos, las legumbres, que han aumentado en promedio el 40 por ciento”.

Entre los sitios de mayor venta del ‘corrientazo’ están las plazas de mercado, donde los dueños de restaurantes reportan que cerca de 500 clientes se sientan en sus mesas a pedir el plato del día.

¿Y cuál es el costo?

Una persona del común puede ganarse $908.526 pesos, cifra del salario mínimo. De esto, debe destinar cerca de $240 mil para la alimentación del mes, es decir, por los 20 días. Y eso de solo almuerzos, porque la comida y el desayuno no cuenta.

“Al cliente hay que darle lo mejor. Un ‘corrientazo’ debe tener su buena sopa, la proteína que escoja, el arroz que no puede faltar, la tajada de maduro, huevo y frijoles.

“El almuerzo puede costar 8 mil pesos; aumenta un poco más si la proteína es más grande. Y siempre hay ñapa”, comenta Mónica Aparicio, mesera de la plaza de mercado del centro de Bucaramanga.

El corrientazo es bueno, rico y barato

Alonso Romero es dueño de uno de los restaurantes más famosos del centro de Bucaramanga: ‘Mi San Gil’. Allí vende hace más de 30 años el ‘corrientazo’ y platos típicos populares como el sancocho de gallina, los espaguetis, la carne sudada y los frijoles con pezuña. Todos con la infaltable limonada de panela.

Romero afirma que sus almuerzos se venden a buen precio, pero hoy, con el mercado tan caro podría subir el costo de sus bandejas. “El éxito de vender ‘comida corriente’ está en darle al cliente productos frescos. Pero hoy no hay nada barato. La carne está por las nubes y ni que decir que la papa. Si los proveedores me dan precios económicos yo vendo barato, de lo contrario hay que subirle a la comida”.   

Por culpa de la carne

Del corrientazo podría desaparecer uno de sus elementos básicos: la carne. Desde Acodres Santander manifestaron que  no hay una vigilancia en las tarifas de la proteína, ante el incremento en un 52.9% en la libra.

Diana Tabares, presidenta de Acodres en Santander, expresó que además con el incremento del precio de la carne sin control se corre el riesgo que se venda carne equina, haciéndola pasar como de res.

Lee piden a las autoridades hacer más control en el sacrificio de ganado vacuno y la venta de carne en canal y por libras.

Los que suben y bajan de precios

Centroabastos reporta aumento de precio en productos de la canasta familiar como plátano, cebolla cabezona roja, frijol verde, cilantro, lulo criollo, limón tahití, limón común, mango de azúcar, lenteja importada, papa, maíz, tomate de árbol, yuca, entre otros. Y también productos a bajo precios como la naranja, mandarina, calabacín, pitahaya, banano, papaya, papa amarilla y remolacha.

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