La contaminación auditiva que denuncian algunos habitantes del barrio Quinta Granada en Piedecuesta se debe a la nueva oferta de bares que se encuentran ubicados por esta zona y que altera la tranquilidad de sus residentes.
“Es un problema histórico. Desde hace más de siete años empezaron a organizarse los bares en la zona refrescante de los exteriores del Conjunto Residencial La Rioja”, cuenta Osman Plata, habitante de este barrio desde hace 24 años, quien denuncia que los volúmenes de la música no bajan por más de que en varias ocasiones se comunicaron con la Alcaldía de Piedecuesta para que la situación cambie. Los horarios de estos establecimientos van hasta las 12:00 de la media noche y a la 1:00 de la mañana los fines de semana. Sin embargo, de acuerdo con el habitante Plata, las casas ubicadas muy cerca a la autopista son las que más reciben el ruido de los bares.
“Desde hace varios años está suspendida esa acción comunitaria para disminuir el ruido de los bares, pero realmente el problema sigue”, cuenta este habitante, quien resalta que en compañía de la Junta de Acción Comunal están retomando esta iniciativa para que el ruido con el que cuenta su barrio disminuya.
“Realmente la regulación ha sido difícil porque como aumentó la cantidad de bares, representan muchos ingresos, son bares que cada vez se parecen más a los de la zona rosa de Bucaramanga, de Cabecera”, cuenta Plata.
El barrio Quinta Granada se fundó en 1994 cuando se construyó la primera etapa. Actualmente, esta urbanización cuenta con más de 1.300 personas que habitan este lugar que antes era una finca bajo la propiedad de Luis Enrique Figueroa Rey.