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Viviendas prometidas hace seis años para Santander por fin se están construyendo

La expectativa de los beneficiarios es que continúen los trabajos a buen ritmo y en poco tiempo todos tengan sus casas terminadas.

El sueño de las familias campesinas que llevan seis años esperando que el Gobierno Nacional les cumpla con la promesa de entregarles una vivienda gratuita está a punto de hacerse realidad. Así lo evidencia el avance de las primeras construcciones en los lotes de algunos de los beneficiarios.

Francelina Guerrero, una de las beneficiarias residente en Galán, aseguró que “es muy satisfactorio para nosotros como familia Benavides Guerrero haber logrado que por fin se nos haga realidad nuestra vivienda nueva después de seis años de ardua lucha y trabajo un proyecto que nos beneficia a nosotros y otras familias del municipio y el departamento”.

Ella es una de las 77 beneficiarias seleccionadas en el departamento, la mayoría de ellas en el sur de Santander, tras una convocatoria realizada en 2018 por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y cuyo responsable en la ejecución de los recursos es Fiduagraria, entidad adscrita al despacho ministerial.

Cristian Beltrán, líder comunitario veedor del proyecto, dijo que una de las cosas para resaltar es que se consiguió el compromiso estatal de aumentar el valor del subsidio por familia, teniendo en cuenta que el presupuesto base se hizo hace ya varios años y poco a poco las materias primas han ido subiendo de precio y además hay un compromiso por mejorar las condiciones de vida a las familias.

“El Ministerio de Agricultura se comprometió a realizar la indexación al valor de los subsidios, que, aunque su precio aparece de $41 millones, se incrementará a alrededor de $90 millones, lo cual mejora las condiciones estéticas y brinda a estas familias una vivienda digna”, aseguró el líder, quien se ha encargado en todos estos años de reclamar constantes por el proyecto y servir como enlace entre Fiduagraria y las familias.

La expectativa de los beneficiarios es que continúen los trabajos a buen ritmo y en poco tiempo todos tengan sus casas terminadas. Nelly Tatiana Pardo Reyes, una de las beneficiarias del municipio de Vélez aseguró que “ver materializado este beneficio nos brinda tranquilidad y bienestar como familia, también significa una estabilidad financiera. Este es un logro que aspiraba tener en mi vida”.

Un camino espinoso

La ejecución del proyecto de vivienda para las familias seleccionadas, en este caso, residentes en las poblaciones de Curití, Galán, San Gil, Charalá, Vélez, Simacota, Rionegro y Sabana de Torres, se vio retrasada por múltiples factores, entre ellos el incumplimiento del contratista (Consorcio Futuro) cuyo contrato terminó liquidado por Fiduagraria.

Tras una reunión sostenida en octubre de 2023 en San Gil entre funcionarios de Fiduagraria y los beneficiarios, se decidió que se buscarían varios contratistas que construyeran las casas por municipios.

Luego de varios meses, en marzo de este año, los contratistas seleccionados empezaron a llevar los materiales o evaluar la logística de las obras, teniendo en cuenta que todas las viviendas están en zonas rurales diferentes, algunas de ellas consideradas de difícil acceso.

En medio de todo este proceso, atendiendo las recomendaciones del contratista inicial, algunos de los beneficiarios demolieron sus precarios ranchos y terminaron viviendo en cambuches o pagando arriendo. Ellos son los principales interesados en que se termine cuanto antes la construcción de sus nuevas casas.

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