Desde hace cuatro años, Diana Quintero, tomó la decisión de seguir los pasos de su padre, un avicultor reconocido en Girón, que tuvo que cerrar las puertas de su negocio porque no le ‘dio’ para solventar los gastos. Una empresa familiar que fracasó en su momento.
“Allá quedó todo en la finca. Los galpones poco a poco se fueron acabando”, dijo Gabriela Quintero, hija de Diana.
Pero para no dejar morir esta herencia, Diana le puso ‘el pecho’ a la venta de huevos y pollos ‘El Criollito’. Y así fue. Poco a poco esta mujer, de 42 años, nuevamente sacó a adelante el sueño por el que trabajó su papá durante tantos años.
Su conocimiento lo adquirió desde temprana edad, pues siempre estuvo involucrada en este tema. “En ese tiempo, mi mamá le colaboraba mucho a mi abuelo en las cosas de la finca, y sabía más o menos como se hacían las cosas”, agregó Gabriela.
Iniciar no fue nada fácil. Según dijo Diana, la falta de dinero fue el principal factor para volver a abrir las puertas. “La avicultura es difícil, me le quito el sombrero a mi papá porque duró más de 45 años en esto.
Nosotras empezamos con poquitas gallinas, y nos llegó la pandemia. Fue muy duro, pero lo hemos logrado”, aseguró la mujer.
Atendido por dos mujeres
Diana, junto a su hija, son las encargadas de la producción y distribución de los huevos por el municipio. Gabriela, con 18 años, ya está ‘empapada’ del negocio, “está encaminada por el tema de las ventas”.
Trabajando en equipo, y con la ayuda de un galponero, han superado las barreras, sin embargo, la variedad en el precio dificulta la comercialización. “Es un producto que suba y baja de precio. Aunque ahorita está económico, el concentrado para mantener las gallinas está por las nubes. Todo afecta”, aseveró Diana.
Llenos de huevos
A causa de las vacaciones, y de los viajes programados por los ciudadanos, las ventas se estancaron, y ‘El Criollito’ se quedó lleno de huevos.
“Teníamos mucha producción de huevo, porque las ventas bajaron en un gran porcentaje y no sabíamos qué hacer. Por eso acudimos a las redes sociales para ofrecerlos”, indicó la hija.
Por fortuna, el producto tuvo buena aceptación, motivo por el cual, bajaron los huevos de la vereda, para que las personas pudieran acercarse a un punto más central. Ahora, si desea comprar un cartón, puede dirigirse a la carrera 24 #30-11 Girón Centro, detrás de la Alcaldía de Girón.
Le ofrecen todos los tipos y a diferente precio. El cartón del tipo B a $12.500; el A, $13.000; el AA, $13.700. Aunque el AAA ya está agotado, su precio es de $14.300. Y para los amantes del huevo pipo, le sale a $10.000.
“El huevo es rojo, la yema es rojita. Son semicriollos y frescos. La gente que ha venido a comprar queda encantada. Hemos tenido buenos comentarios”.
