Atraídos por la melodía de un acordeón, dos niños florideños ahora compiten en la versión número 55 del Festival de la Leyenda Vallenata, representando a Santander. Se trata de dos florideños: Luis Ángel Torrado y Sofía Pinzón.
La trayectoria de estos menores parecería corta por sus edades. Sin embargo, desde sus primeros años, tienen un interés por ser los mejores tocando este instrumento.
Torrado, que es el actual virrey vallenato en la categoría infantil, ahora quiere conquistar la corona. “He venido aquí preparado y con más fuerza”, dice mientras de fondo todo tipo de aires musicales son interpretados por un acordeón.
Para este niño, este instrumento fue la primera pasión y destreza que vivió. A sus 4 años, cuenta, sus padres le regalaron un acordeón de juguete, porque Luis Ángel parecía interesado por los vallenatos y en especial por el músico que interpretaba este instrumento.
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“Me gustaba ese juguete, y empecé a imitar a los acordeoneros, entonces les pedí a mis papás que me regalaran un acordeón de verdad, y desde entonces me la he pasado tocándolo”, agregó.
Durante la versión anterior, la destreza del florideño lo llevó al segundo lugar, lo que lo hizo prepararse con vehemencia para llevarse el reinado. En este certamen, los participantes deberán concursar interpretando aires musicales como: el merengue, la puya, el son y el paseo.
De estos, su favorito es el merengue, y para este concurso interpretará el merenguito sabroso. En cambio, la puya que se caracteriza por la rapidez de los dedos, representa un desafío para Luis Ángel, sin embargo, él aclara que se ha preparado mucho para conseguirlo.
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“Para este concurso he estado practicando durante dos meses y medio, los lunes, miércoles y sábado, por dos horas”, afirmó.
Una musa acordeonera
Esta vez, la Casa de la Cultura Piedra del Sol, en manos de Miguel Avendaño, profesor de acordeón de la entidad, llevó al certamen a Sofía Pinzón, quien se ha preparado anteriormente con representantes de este instrumento muy importantes, asegura su padre.
Sofía no siente interés solo por el vallenato. A ella le gusta más el son, porque “da mucho sentimiento, el son es un ritmo mucho más lento”, dice.
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La concursante pone sus esperanzas en ser más conocida gracias a este certamen “estos últimos cuatros meses me he preparado para dar lo mejor de mí, no importa si gano o no, solo que sepan quién soy”, dice.
