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“Nos van a extinguir”: Cocineras del paseo del río en Barrancabermeja

Cocineras del paseo del río en Barrancabermeja, dicen que viven en medio de la zozobra porque con el proyecto Distrito Malecón “las van a extinguir”.

Es imposible contener las lágrimas – dice con la voz entrecortada Rosalía Campo, presidenta de la Asociación Paseo del Río en Barrancabermeja, mientras observa con un profundo dejo de nostalgia el atardecer que se mezcla con el movimiento de las olas del río Magdalena.

A esta hora no está cocinando, ya son más de las 3:00 pm y su jornada y la de 22 cocineras más, que preparan tradicionales recetas con los manjares del río en el sector “El Muelle”, llega a la parte final. Para nuestra cita se quitó el delantal, trae una blusa color rosa, su cabello bien recogido y el alma – dice – “apeñuscada” por el miedo que ronda desde que supieron que iban a intervenir la zona para desarrollar el proyecto que el gobierno local ha denominado “Distrito Malecón”.

Mientras conversamos, otro grupo espera; impacientes, queriendo todas hablar al mismo tiempo y gritar esos sentimientos que se entrelazan con los recuerdos que han dejado más de 30 años de labor y trabajo en sus locales, que iniciaron siendo casetas de madera pero que hoy ya están hechos de material.

– Con el nuevo Diseño que el Distrito nos piensa hacer que es un Malecón y un Mirador del río; con esto a nosotros nos piensan desaparecer, el paseo del río se acabaría – dice Rosalía, mientras toma aire y sus ojos vidriosos desvían la mirada buscando contener las lágrimas.

El paseo de río, está a orilla del Magdalena, la infraestructura está en evidente deterioro, el tablestacado que contiene las aguas de este afluente, colapsó; por ello, la zona fue declarada en riesgo hace tres años y se instaló una malla que separa a estos restaurantes, de la belleza y la majestuosidad de la naturaleza.

Aquí, la imponencia del río, se mezcla con las risas estruendosas de los visitantes, con el calor, el olor a pescado, suero y patacón; con las melodías de canciones diferentes, que suenan en cada local y que se confunden entre sí; con la gran cantidad de vendedores informales y algunos habitantes de calle. Los moradores siempre han exigido que se vuelva la mirada al río y que se recupere esta zona, pero ¿por qué la resistencia a este proyecto?

– Nosotros no estamos de acuerdo con eso porque somos patrimonio cultural y material vivo de la gastronomía; aquí atendemos todos los estratos que vienen a consumir los deliciosos platos que hacemos. Con el gobierno en sí, no hemos tenido un acuerdo (…) cuando nos mostraron el diseño estaba listo, es decir nos quieren imponer un diseño que para nosotros es un centro comercial.

Rosalía insiste en que, intervenir la zona tal como lo ha planeado el gobierno va en contra de la cultura, de las costumbres y del patrimonio material.

Nosotros queremos estar así, con el río a la boca de la nariz como dice mi mamá, que la brisa nos pegue en la cara y que todo mundo pueda venir a consumir – agrega, que aunque saben que oponerse es “una pelea de burro amarra ‘o con tigre”, van “ganar la pelea”.

Pelea que Rosalía no lleva sola, son un grupo de 33 socios, 23 son cocineras, que en un 90% son madres cabeza de familia, quienes dicen estar en desacuerdo con los diseños, específicamente del “Mirador del río”, que es la nueva infraestructura en donde serían reubicadas.

Rut María Rico, otra de las mujeres con las que hoy conversamos, tiene más de 30 años dependiendo de ésta economía, resalta que estos restaurantes son visita obligada para los foráneos y el plan de los propios que aprovechan para disfrutar de la gastronomía ribereña, cualquier día de la semana.

– Acá viene la gente porque les gusta el río, porque es como fresco, hace brisa y de acá dependemos nosotros – dice – somos fundadores, cómo nos van a sacar así de un momento a otro, queremos estar aquí porque tenemos más de 30 años. Soy pionera; yo he sobrevivido de mi puesto y aquí estoy y estamos sobreviviendo de lo que tenemos acá.

Las mujeres, cuentan que nunca les preguntaron ni concertaron con ellas las obras a realizar. Anhelan que se modernice la zona pero no así como lo planea el gobierno, les parece descabellado que las quieran re ubicar en una edificación de tres pisos, y que con ello, se pierda el atractivo, que es el espacio abierto, el contacto visual con el río, con la fauna y flora que le rodea, además de los andares de quienes van y vienen por la principal arteria fluvial del país.

“Me daría mucho guayabo si nos tocara salir de acá y nos dejen sin nada, yo llegue desde que tenía los 15 años y se imagina usted que de un momento a otro le digan a uno eso (…) Queremos decirle al gobierno que nos apoyen para un bien no para perjudicarnos, que nos ubiquen acá mismo, que nos ayuden a organizar, todos estamos de acuerdo en que nos dejen acá mismo, en la orilla del río” dice Gloria Ramírez, también cocinera del río

¡Mañana te traigo a Felicita!

Rosalía Campo, presidenta de la Asociación que agrupa a estas cocineras, es la muestra fehaciente que esta tradición ha ido generación tras generación. No llegó a esta zona por casualidad, su mamá Felicita Lara es fundadora del paseo del rio y fue declarada por la gobernación de Santander en el 2009 como patrimonio cultural viviente de Barrancabermeja.

– ¡Mañana te traigo a Felicita! – me dice antes de despedirnos.

Al día siguiente volvimos; lo prometido fue deuda, al llegar, Felicita de 74 años me esperaba, aguardaba en una silla verde rimax, sentada con su mirada puesta hacia el río, con el cansancio propio de los años que en ella, se acentúa con mas vigor, en su piernas. Ella llegó hace 44 años a ganarse el sustento cocinando.

Conseguí el puesto luchándolo, yo entré como arrendataria, y cuando me vieron que estaba surgiendo me lo pedían, hasta que un señor había dejado un puesto votado y tenía un ramada que se cayó, y un vecino me dijo vaya a la alcaldía para que le cedan en ese puesto y así fue, mi esposo lo construyó con madera – recuerda.

La concina le dio todo, así sobrevivió y sacó a sus diez hijos adelante y ésta – dice- es la herencia que les deja; más allá de un puesto de comida, es un cúmulo de saberes ancestrales de la cocina ribereña.

– El río es una oportunidad para nosotros, el río es el que le da vida a esto- relata – Yo no, si nos van a sacar de acá, mejor que nos indemnicen, nosotros no salimos de aquí y si no, que nos indemnice”, dice, al tiempo que observa a su hija Rosalía, quien insiste desde la cocina que con el proyecto “las van a extinguir”.

Acciones legales

Leonardo Granados, abogado apoderado de las mujeres cocineras, aseguró que adelantan acciones legales para garantizar la permanencia de las mujeres en este espacio y para que no se atente contra la cultura, patrimonio y tradición local.

“Estamos haciendo una defensa estructural, ninguna mujer va afirmarle al gobierno y va a salir del paseo del río para proteger este patrimonio”, dijo.

Según el abogado, con las obras que se pretenden adelantar, se atenta contra la preservación del patrimonio cultural, “Quieren extinguirlas, el gobierno quiere acabar con este patrimonio, violaron los proceso de concertación, pretenden expropiarlas, están violando la ley 1185 del año 2008, que es la norma que establece que los patrimonios materiales hay que protegerlos”, dijo Granados.

Por ello, proponen al gobierno que se adelante el proyecto pero bajo otros parámetros.

“Ellas quieren que se intervenga la zona, pero lo que se le dijo al gobierno es, que el tablestacado se va a desarrollar en tres metros de ancho de vía, es decir se va ampliar el área peatonal del paseo del río, nosotros lo que decimos éste debe quedar contiguo y conectado con el Hotel Pipatón y de esa forma podíamos correr la infraestructura, mantenerla a orilla del río, mantener la esencia de patrimonio cultural gastronómico a la orilla del rio que es lo que no podemos perder”, dijo.

Según Granados, el conflicto se ha generado por la falta de planeación concertada con las cocineras, “la falta de concertación es lo que ha generado el conflicto”, dijo Granados.

“Es una apuesta de ciudad”

Distrito Malecón es uno de los Megaproyectos impulsados por el gobierno del alcalde Alfonso Eljach, está enmarcado entre dos puntos de gran importancia en la zona como son el Hotel Pipatón y el terminal fluvial Yuma.

“Lo que mejor define este proyecto, es apertura espacio público y cuando hablamos de esto también hablamos de calidad de vida, porque los habitantes van a tener espacio de sano esparcimiento”, dijo Rosalía Solórzano, Gerente del proyecto Distrito Malecón.

Explicó que el Mirador del río es uno de los componentes de ésta apuesta que tiene como objetivo recuperar el espacio público para dárselo al peatón; constituye una estructura de tres pisos, uno de ellos será destinado para ubicar puestos de venta de comida.

“Toda esa zona va a ser espacio público, se van a construir parques infantiles, plazoleta abierta, y ellas se van a reubicar en ese gran mirador del río, no es que la vayamos a dejar ahí, vamos a hacerles un acompañamiento porque hoy hay algo que no podemos esconder, y es que donde están hay mala manipulación de alimentos, temas de refrigeración, vendedores ambulantes; es decir hay muchas cosa ahí que necesitamos mejorarlas, para que ellas estén mejor”, dijo

La funcionaria contó que los diseños son producto de diálogos que se adelantaron con sectores sociales, comunitarios y económicos del Distrito.

“Antes de iniciar hicimos muchos diálogos, reunimos a los comerciantes, a los gremios, empresarios, a la academia, a los ediles en donde les contamos que teníamos esta apuesta de ciudad y en un ejercicio de retroalimentar recopilamos lo que quería Barranca, incluyendo un ejercicio que hicimos con ellas y eso se le entregó al diseñador que es puerta de oro”.

El proyecto tiene un plan de reasentamiento que contempla el acompañamiento integral, que según Solórzano es la garantía para que estas mujeres se trasladen en mejores condiciones que las actuales.

“Ese plan contempla una ruta de la transición donde se les debe dar la parte social, el acompañamiento social de formación para que hagan el proceso de transición, hasta capital semilla y dotación se contempla “

Y agrega que, “no hemos podido avanzar porque se ha puesto una barrera donde nos hacen ver que esto es imposible; que estamos siendo arbitrarios y no lo es, hemos generado muchos encuentros y les hemos dicho que nos sentemos para que hablemos y nos escuchemos”, puntualizó.

El proyecto Distrito Malecón tiene un costo de aproximadamente 70 mil millones de pesos, según el cronograma de la Alcaldía estaría listo a finales del año 2023.

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