Durante la época decembrina es habitual incluir los fuegos artificiales en cada una de las celebraciones de este mes. En la noche del 24 o en la quema de ‘Año Viejo’, el cielo se ilumina de mil colores junto al sonido que produce el estallido de la pólvora, el cual estremece a quienes acuden a apreciar el espectáculo.
Sin embargo, no todo es bueno. Más allá de ser un show de pirotecnia que genere entretenimiento en las festividades, la pólvora provoca afectaciones en animales, domésticos y silvestres, y además, contribuye a incrementar el nivel de contaminación en el aire.
En el caso de los animales, estos sufren a causa del ruido y vibraciones al momento de la explosión, ya que, como lo indicó Diego Reyes, Biólogo de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, “la pólvora aqueja gravemente a los animales, puesto que ellos presentan una alta sensibilidad en su sistema auditivo. Inicialmente las especies sienten un fuerte estallido que genera estrés”.
Perro y gatos
Comúnmente son los perros y gatos, las mascotas que integran nuestro hogar y se convierten en un acompañante incondicional. Pero también son aquellas que buscan refugio cuando el fuerte sonido de la pólvora retumba sus oídos.
Frente a esta situación, estos animales reaccionan con conductas de pánico, taquicardia, exceso de salivación, movimientos erráticos y en algunos casos, produce infartos que conducen a la muerte de los caninos y felinos.
Estas alteraciones del sistema nervioso se presentan como consecuencia del alto nivel de ruido que estos artefactos producen al estallar, los cuales pueden llegar desde 150 (dB) a los 190 (dB), es decir, exceden el límite de 85 decibeles que soportan estas mascotas, según expresó Diego Reyes.
Frente a lo anterior, tanto perros como gatos, buscan la forma de huir y buscar “refugio”, lo que provoca que corran desesperados, sin alguna orientación y abandonen su hogar. En el mes de diciembre, la cifra de caninos desaparecidos y atropellados se incrementa notablemente a causa de este hecho.
Las aves también son víctimas
Dentro de la fauna silvestre afectada también se encuentran las aves, especie que en estos tiempos de celebración no son tenidas en cuenta para salvaguardar su integridad.
Estos animales, de sangre caliente, tienen mayor sensibilidad auditiva y más desarrollada, soportan de 50 a 65 decibeles, así que son más propensos a afectarse por la pólvora. Cuando ocurre el estruendo, los pájaros, loros reales, pericos, lechuzas, búhos, entre otros, pierden el sentido de la orientación, se desequilibran.
Según explicó Diana Pérez, veterinaria, “en el momento en que están volando, las luces de la pirotecnia hacen que ellas pierdan la orientación y abandonen el hábitat. En este tiempo es habitual encontrar muchos nidos con poñuelos abandonados, porque quedan desubicadas y no regresan a la pajarera”.
A su vez, estas aves pierden sus funciones biológicas normales, no logran llevar a cabo su reproducción completa, debido a estos sonidos, los cuales generan cambios en ellas. Su ciclo disminuye, por lo tanto se evidencia una reducción en la cifra de nuevos integrantes.
