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En Bucaramanga pasan cosas buenas: Conozca la gran labor de ‘Mamá Dioselina’

Una gran campaña de solidaridad y de esperanza tiene lugar en una modesta casa de un barrio popular de Bucaramanga, en donde todas las tardes llegan niños a estudiar. Con una energía inagotable y un compromiso inquebrantable, ‘Mamá Dioselina’, la promotora de esta ‘escuela’, se ha convertido en un símbolo de generosidad y de amor por la enseñanza, liderando desde hace décadas una brigada que no solo provee útiles escolares, sino también sueños y oportunidades para las futuras generaciones.

En Regadero Norte, un popular barrio de la Comuna # 1 de Bucaramanga, y en una humilde casa que tiene paredes desgastadas, en medio de pupitres improvisados, un tablero y algunas mesas desvencijadas, una extraordinaria ‘profe’ de 71 años orienta las clases de los niños de ese sector.

Hablamos de Dioselina Bernal, más conocida como ‘Mamá Dioselina’. Es una mujer de alma bondadosa quien, a pesar de estar “entrada en años” -como ella misma lo afirma- irradia una energía inagotable.

Desde finales de la década de los 80, la docente enseña y recolecta útiles escolares para los pequeños que residen en su vecindario. No se trata solo de garantizar que los menores tengan las herramientas necesarias para estudiar, sino también de motivarlos a soñar con un futuro mejor.

Sede de la Fundación de 'Mamá Dioselina', en un barrio popular de Bucaramanga. (Foto: Marco Valencia / VANGUARDIA)Sede de la Fundación de ‘Mamá Dioselina’, en un barrio popular de Bucaramanga. (Foto: Marco Valencia / VANGUARDIA)

Ella recuerda que todo comenzó cuando ella observó cómo algunos menores del barrio abandonaban sus estudios porque sus familias no podían costear cuadernos, lápices o uniformes: “No podía quedarme de brazos cruzados mientras ellos perdían la oportunidad de aprender”. Así las cosas, ella convirtió su modesta vivienda, situada en la calle 10 AN #26-45, en una improvisada escuela, en donde los niños reciben apoyo escolar y valores de vida.

Hay que aclarar, eso sí, que la campaña de ‘Mamá Dioselina’ no solo depende de su propio esfuerzo, sino también de la solidaridad colectiva. Gracias a su carisma y habilidad para movilizar a las personas, ha logrado involucrar a vecinos y personas de buen corazón que se conmueven con su causa.

Cada día recorre las calles del sector recolectando donaciones, desde morrales o maletines, libros en buen estado, lápices, colores, resmas de papel y, en general, todo lo que resulte ‘útil’ para estudiar.

Pese a la sencillez de su casa, la calidez de la protagonista de esta historia hace que este singular salón sea especial. Cada tarde, niños de todas las edades se acercan para aprender matemáticas, lenguaje y ciencias. Pero aquí no solo se enseñan materias académicas; también se fomentan valores como la solidaridad, el respeto y la perseverancia.Una gran labor educativa en Bucaramanga. (Foto: Marco Valencia / VANGUARDIA)Una gran labor educativa en Bucaramanga. (Foto: Marco Valencia / VANGUARDIA)

La verdad es que los pequeños han encontrado en esta gran mujer no solo a una maestra, sino a una figura materna que cree en ellos y en su potencial. Su misión va más allá de la bondad, también es un ejemplo de dedicación y entrega a la niñez. Su compromiso ha transformado las vida de los niños y la de toda una comunidad que ahora se une en torno a un objetivo común: garantizar que el derecho a la educación no sea un privilegio, sino una realidad para todos.

Mientras esa casa del barrio Regadero Norte siga escuchando el eco de los niños estudiando, la labor de esta incansable mujer continuará siendo un faro de esperanza en medio de la adversidad.

Nota de la Redacción: Si usted quiere unirse a la labor de ‘Mamá Dioselina’, puede donarle útiles escolares. Llame al teléfono 3123572491.

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