Daniela Torres Zárate es la única abogada de una familia de arquitectos. Al ejercer su pregrado y trabajar en distintas instituciones del sector público, Daniela descubrió varias facetas.
El apasionada por la cultura y emprendimiento de ‘la bonita’ en el Centro Cultural del Oriente, acompañado la de la transparencia y honorabilidad de la oficina de la Registraduría.
Mientras trabajó en estas instituciones, el activismo se convirtió en un modo de vida que ejerce siempre que tiene tiempo. Hábito que se sustenta en su participación activa con el programa Cero Desnutrición de la fundación Sonrisas Mica.
Torres vio como de 25 niños, alcanzaron a ayudar hasta 72 que reciben cada fin de semana la comida equivalente a una semana entera de desayunos.
Sus amigas al ver el amor con el que salía a las calles le comentaron: ”¿Y por qué no se lanza al concejo?”.
Esta fue la idea de la discordia en su familia, pero también se presentó como la posibilidad aumentar su rango de impacto.
Calle a calle, con pañoletas y un pendón que cargaba en la espalda, la joven de 26 años recorrió comuna por comuna. A pesar de que sus padres no veían claro si le alcanzaría, ella confiesa que “yo siempre tuve en mi mente que iba a ganar”.
Con 2.970 + 1 voto y después de dos semanas llenas de política de antaño, el nombre de Daniela Torres Zárate ya es nombrado en las plenarias del recinto municipal. Pero su foco está más en Villas de Girardot, Camilo Torres y todo lugar en el que necesiten de una mano amiga.
Aunque el concejo no es la casa de sus abuelos en La Aurora, dónde se crió, el orgullo por esta nueva faceta es algo que se le nota en su mirada.
