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La Tienda de Doña Hilda es historia de Villabel en Floridablanca

La primera tienda del barrio Nuevo Villabel tiene 57 años y es la que ahora atiende doña Hilda Ruiz en la calle 6 #12-83.

En 1967, Adán Becerra era quien atendía el negocio de teja española y cañabrava, ubicado al frente del pasillo. Un día, conoció a la clienta con la que se casaría y viviría el resto de sus días: Hilda María Ruiz Rueda.

Hilda, oriunda de San Vicente de Chucurí y criada en Barrancabermeja, llegó a Floridablanca en búsqueda de un nuevo refugio, luego de que su primer esposo, Martín Arias,  fuera amenazado de muerte en ‘la bella hija del sol’.

Desafortunadamente, el exilio no fue efectivo y ella quedó viuda por primera vez. Cuando los días de costura y confección en la sexta de Villabel se tornaban agobiantes,  desde la tienda de don Adán llegaba el amasijo y la gaseosa para endulzarle la tarde a Ruiz.

Ahora el negocio ubicado en la calle 6 con carrera 12 de Nuevo Villabel tiene el nombre de: Tienda Doña Hilda. /FOTO: FELIPE JAIMES LAGOS.

A punta de onces y favores, los dos vecinos se acercaban cada vez más al punto que en la tienda ya no era atendida por una persona sino por una pareja.

De esta modo, Hilda dejó las costuras por las vitrinas de vidrio y madera junto a su esposo. Juntos vivieron las pilatunas de los niños más revoltosos de la época: Jose Luis Marín, Laudio Soler, Juan Carlos Flórez y Jensyn Lagos. 

“Desde niño yo venía aquí a comprar dulces y ahora ella es un símbolo del barrio”. Luis Marín, residente del sector. /FOTO: FELIPE JAIMES LAGOS.

La tienda fue la #138 en abrir sus puertas en todo Floridablanca. Pero, lo que realmente evidencia el paso del tiempo es que los niños que llevaban los mandados ahora son los clientes fieles que madrugan a trabajar. 

También los años llegaron con noticias tristes para la pareja de tenderos, debido a que se cumplen 12 eneros desde que el señor Becerra dejó este mundo terrenal. 

Sin embargo, la reconocida vecina de la calle 6 goza ahora de la compañía de su hija mayor, Astrid María Ruiz, quien seguramente tomará la batuta de su carismática madre.

“Aunque al inicio no tenía el genio para atender, fue gracias a Adán que adquirí paciencia. Ahora me siento agradecida con este oficio porque mis clientes me hacen sentir muy especial” concluye la tendera de 78 años.

Tips tenderos

  1. Dos personas atienden mejor que una. La ayuda es esencial en el negocio.
  2. Es bueno tener clientela, es aún mejor conservarla. Vincúlese con sus clientes. 
  3. La mejor hora para abrir es cuando los clientes buscan el desayuno. 
  4. No olvide el buenos días y el hasta luego. Tendero cordial siempre vende.

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