Desde el pasado 12 de marzo, las hormigas culonas no han dejado de salir en los pueblos de las provincias guanentina y comunera. Ya van siete salidas este año, aunque aún no se da el gran desogue esperado por todos.
La última salida en algunos pueblos se dio hace dos días. En la vías rurales de San Gil, los cazadores llegaron desde la madrugada para esperar a estos codiciados animales, convertidos en uno de los principales tesoros de la gastronomía santandereana y que cada año adquieren un mayor valor comercial.
Carmen Romero, propietaria de un reconocido punto de venta en el municipio, contó que si bien aún no se da esa gran salida de hormigas, en el mercado hay suficientes y eso ha mantenido una buena dinámica de compra y venta.
Tal vez por esa falta de desogue, Carlos Bayona, oriundo del Socorro, dice que no ha llegado tanto producto como se esperaba. Lo importante es que si hay y la gente la está comprando.
Comparado con el 2020, el movimiento es mejor y se nota. Las calles son inundadas en ocasiones con el olor a hormigas tostadas, que antoja a muchos.
El año pasado, el mercado de las culonas no fue el mismo a causa de la pandemia.
“Es que la cuarentena hizo que la gente no se atreviera a salir a coger y por eso fue más difícil conseguirlas.
“Ahora sí. Las personas van a buscar los hormigueros, vienen a vendernos y eso mueve el mercado”, contó Romero.
Todo mercado reacciona de acuerdo con los conceptos de oferta y demanda. El de las hormigas culonas no es la excepción a esta regla del libre comercio.
En 2020, por ejemplo, sin muchos clientes y poca mercancía, una libra de hormigas vivas alcanzó a estar en $30.000. Hoy, la situación es diferente.
Cuando empezaron a salir en marzo, que se presentó el primer ‘boom’ del año, la libra de animales vivos se ubicó en $70.000 y listos para comer por encima de los $100.000.
Hoy en una comercialización regulada por la nivelación entre producto y compradores, los 500 gramos de hormigas vivas cuestan $50.000 y preparadas $100.000
Lo curioso del caso es que a pesar de la situación económica que se vive y de la que todos hablan, las familias no escatiman esfuerzos al momento de comprar lo que algunos consideran un verdadero ‘manjar’.
No hay certeza hasta cuándo durará esta temporada de hormigas culonas, porque como asegura Bayona, los tiempos han cambiado y mantienen a todos a la expectativa.