“No alcanzan a imaginar el pavor que sentí cuando buena parte de las baldosas del segundo piso de mi casa se hundieron de sopetón. Los pedazos de tierra y de baldosines terminaron abajo, en la sala. No me explico cómo no nos matamos; al final, ni mi esposo ni yo nos caímos, aunque sí tuvimos heridas de relativa consideración”.
El testimonio es de Nubia García, una de las damnificadas con el sorpresivo desplome del segundo piso de su vivienda, situada en la calle 15 No. 26-17, del barrio Villa Helena I, al norte de la capital santandereana.
A Gabriel Valderrama, vecino del lugar, el desplome no lo tomó por sorpresa: “No en vano llevo más de un año denunciando que las viviendas de nuestro barrio están a punto de colapsar. Vivimos en una especie ‘castillo de naipes’ que se puede caer con un viento fuerte”.
Según pudo comprobar esta redacción, tras un recorrido hecho por este sector, las grietas “se han apoderado de medio barrio”, sin contar que los pisos de varias edificaciones también se están hundiendo de manera paulatina y ante la mirada estupefacta del vecindario.
Cindy Paola Gutiérrez, quien vive una cuadra más arriba del sitio en donde se derrumbó la vivienda de Nubia, dice estar muy preocupada: “Aquí nos la pasamos con el credo en la boca, ante los evidentes desperfectos y fallas que se registran en los terrenos en donde construyeron nuestras casas”.
Ella aseguró que tanto su familia, como las de los demás vecinos, siguen a la espera de que el Municipio de Bucaramanga y las demás oficinas de atención del riesgo procedan con una reubicación, dado el inminente peligro en el que se encuentra gran parte de nuestras manzanas.
Desde hace diez años, las viviendas de esta popular urbanización literalmente se ‘caen a pedazos’, en el papel, por la humedad de la zona y por una falla geológica que atraviesa esta zona de la Comuna Norte.
Aunque varias unidades habitacionales están ocupadas por algunas familias invasoras, hay que decir que 160 personas sí constan con los títulos de propiedad de sus viviendas y requieren, con urgencia, de un plan de traslado inmediato.
Vale recordar que esas son las moradas que construyera, a mediados de los años 80, el desaparecido Instituto de Crédito Territorial, a través del programa titulado: ‘Casas Sin Cuota Inicial’.
Tales edificaciones, de manera precisa, hoy deben ser demolidas por las graves fallas técnicas que registran.
Las administraciones municipales de los últimos años han diseñado cronogramas de obras, coordinadas con el Instituto de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana, Invisbu, en aras de atender los requerimientos de las familias afectadas.
“Sin embargo, poco o nada han hecho las autoridades”, denunció Nubia García, la más reciente afectada con el desplome de una de las viviendas del lugar.
Vale recordar que hace cerca de doce años, el Municipio ya había trasladado a otros hogares que sufrieron el mismo problema y que, hoy residen en modestas viviendas acondicionadas en varios sectores del área metropolitana.
Para las nuevas familias a reubicar se tienen programadas viviendas de interés social, “sin embargo, la excesiva tramitología y la falta de voluntad política nos tienen en vilo”, puntualizó Gabriel Valderrama.