El descontento de las mujeres radica en “el trato indigno” que según ellas, han recibido por parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), quien tiene a su cargo el programa de Hogares Comunitarios. Según el grupo de manifestantes, desde el mes de diciembre no reciben la paga por su trabajo, lo que las tiene en medio de la zozobra y el desespero.
“Lo que nos han hecho a las madres comunitarias es indigno; terminamos el contrato en el mes de noviembre y no sabemos qué pasó, pero a nosotras nos prometieron que en diciembre nos iban a contratar y pagar y nosotras no buscamos qué hacer por la esperanza puesta en eso, pero nunca lo hicieron, nos quedamos sin sueldo”, dijo Karol Rodríguez, madre comunitaria.
A eso se suma, que pese a que iniciaron la contratación el pasado primero de enero de 2023, aún no reciben el pago del primer sueldo.
“Nosotras tenemos un operador que es Fundesag, el problema es con la nacional, porque el operador dice que no les han girado los dineros del mes de enero; el decir es que esperemos pero a nosotros no nos esperan los servicios públicos, porque esos los cortan; estamos mal la verdad porque nosotras trabajamos desde nuestras casas, lo más lógico es que paguen a tiempo; nos sentimos huérfanas, estamos solas sin que nadie nos escuche”, dijo Gloria Ruidíaz Rincón.
Desde el pasado lunes, la decisión de las madres comunitarias fue suspender la atención en los hogares y hacer plantones en las afueras de la sede regional del ICBF, “estamos en paro, no vamos a prestar nuestros servicios hasta que nos paguen; las madres comunitarias lo damos todo, ponemos todo por cumplir con nuestro deber, propendemos por el cuidado de los niños y a cambio no recibimos el trato que merecemos; nos vamos a mantener así, hasta que el ICBF nos dé la cara y responda”, dijo la manifestante.
Son más de mil niños, los que durante los días lunes y martes dejaron de asistir a los hogares comunitarios, “como mamá nos vemos afectadas porque nosotras dejamos a nuestros niños en el hogar y podemos salir a trabajar, pero uno también entiende la situación de las madres comunitarias porque ellas necesitan su dinero”, dijo Ludis Rugeles, madre de familia.
Al cierre de esta edición las madres comunitarias sostenían una mesa de concertación con las directivas del centro zonal Yariguíes del ICBF.