Para este ‘parche’ sí es posible cambiar el mundo y tienen una receta que parece infalible: empezar por los niños.
Todos los sábados, un grupo de cinco personas se reúnen en el barrio González Chaparro para sembrar en la juventud una semilla de esperanza, que le permita a estas generaciones encontrar una salida ante los peligros de la calle.
En ese sentido, han conformado una escuela gratuita, llamada PopulArte, en la que niños y jóvenes pueden aprender manualidades e invertir su tiempo en una acción loable.
Olga Materón, la líder de Avanzando, uno de los grupos que impulsan esta iniciativa, afirmó que, a través de un ‘mapa de sueños’ están transformando la vida de al menos 50 niños.
“Una de las actividades más bonitas que hemos hecho con los niños es el mapa de sueños. Y al leer los deseos de ellos, uno recobra la esperanza en la humanidad”, contó.
Los niños se han unido paulatinamente a este grupo, buscando un espacio para aprender y sobre todo para divertirse con sus iguales.
Y es que el arte ha sido la motivación para que los más pequeños decidan vincularse a estas actividades sabatinas.
“La última vez que nos reunimos fuimos, casa por casa, buscando revistas para hacer una pieza con recortes. Ellos eran felices buscando sus imágenes favoritas”, señaló Materón.
Haciendo comunidad
Con la llegada de ‘PopulArte’, los habitantes del barrio González Chaparro han confiado sus hijos a estas organizaciones.
Por lo que los envían puntualmente a las 8:30 a.m., pues saben que estarán en las mejores manos.
Del refrigerio no hay que preocuparse, porque siempre hay un ‘alma caritativa’ que se ofrece para llevar sándwiches, galletas o empanadas. Por que eso sí, en este parche aplican el dicho de “barriga llena y corazón contento”.
Dar lo que se tiene
Aunque esta iniciativa popular empezó desde octubre de este año, ya ha conseguido donaciones importantes para sostener la compra de materiales y ofrecer así la gratuidad para los más pequeños.
Alexander Anaya, líder grupal de PopulArte, señaló que cada miembro de esta organización dona lo que tiene. “Nosotros donamos nuestro tiempo, materiales y el espacio. Es con mucho amor, esto que hacemos por los niños”, señaló.
Como alternativa para la financiación, esta comunidad también ha emprendido, por lo que venden algunas artesanías para recaudar fondos. Aunque insisten que ha sido la buena voluntad de las personas lo que los ha mantenido vigentes.
“A veces recibimos donaciones económicas, de materiales y sobre todo, la colaboración de quienes voluntariamente se ofrecen como talleristas”, contó Olga.
Uno de los beneficios más importantes que tiene esta escuela es darle la posibilidad a niños que, ni siquiera reciben educación, formarse en un ambiente integral, alejándolos de las trampas de la calle.
“Somos conscientes de lo importante que es este trabajo comunitario en estos barrios. Por eso queremos involucrar a la familia, para poder transformar estos entornos en sitios de paz”, afirmó Materón.
La escuela de música de Asohelechales
Uno de los movimientos populares que se unió a esta iniciativa en el barrio González Chaparro es ‘Ciudad Berraca’. Este colectivo también tiene una escuela de música en Asohelechales, un asentamiento humano de Floridablanca. Su recorrido ya cumple más de un año, y han sostenido este proyecto, mejorando la vida de los niños que se ven ‘bombardeados’ por un contexto de consumo de sustancias psicoactivas. Por lo que este movimiento se ha unido con Avanzando, para llegar a más sectores vulnerables del municipio con estas estrategias lúdicas.
