Deportista toda su vida, comerciante de 42 años y miembro de la colonia del municipio de Sahagún (Córdoba) en Cartagena.
Ese era Jaime Antonio Llorente Arcia, asesinado junto con la segunda de sus tres hijas, Alejandra Llorente Salazar, en la tarde del jueves 3 de noviembre instantes después de recoger las niñas en el Colegio Biffi, en el barrio La Providencia.
Los sicarios en moto abordaron a Llorente cuando ya sus hijas habían subido a la camioneta que conducía, una Toyota, de color blanco y placas JHU-754, y se acercaban al semáforo que divide el flujo vehicular con destino a la Bomba del Gallo o al barrio Ternera.
A Llorente le dieron dos balazos y murió en el acto. Alejandra, de 11 años y estudiante de sexto grado, fue baleada en el abdomen y falleció poco después, a las 4:40 p. m., mientras la operaban en la clínica Madre Bernarda.
Su hermana mayor, de 12, salió ilesa; y la menor, de 9, recibió un impacto en una pierna y aún sigue hospitalizada.
Los familiares del comerciante le confirmaron a la Policía que Jaime Llorente no había recibido amenazas y que no tienen conocimiento de cuál podría ser el origen del atentado.
El general Nicolás Zapata, comandante de la Metropolitana, dijo en rueda de prensa celebrada en la Alcaldía Distrital que, en efecto, Jaime Llorente no tenía amenazas documentadas judicialmente ni anotaciones.
El oficial descartó que aunque los dos sicarios que participaron en el doble homicidio pertenecen a una estructura de las Autodefensas Gaitanista de Colombia o Clan del Golfo, el ataque contra Llorente no está relacionado con el crimen organizado, ni tampoco con asuntos que tendría que ver con tráfico de drogas.
Otra de las hipótesis que fueron valorando en este caso, como la extorsión, se ha ido descartando a medida que han avanzado en las investigaciones.
Lo que si tiene claro el general Zapata es que los dos sicarios están plenamente identificados y serían conocidos con los alias de ‘el Johncito’ y ‘el Menor’. Por ellos, la Alcaldía Distrital aumentó a 100 millones de pesos por información que permita dar con sus paraderos.
Las investigaciones indican que esos sujetos son residentes en barrios del sur oriente de la ciudad; tal parece que esos serían Nuevo Paraíso y El Pozón.
“Nuestras investigaciones están enfocadas ahora a precisar quiénes fueron los determinadores de este caso, quién ordenó el crimen y quién contrató a los sicarios”, anotó el general.