Por más de 21 años, Yamile Jiménez ha atendido con simpatía a su clientela en Bucarica. Su público favorito son los niños, quienes la han escogido por ser carismática y cuidar bien de sus ‘mandados’.
“Como la tienda está en una peatonal, los niños acostumbran a comprar algunas cosas. Las mamás ya saben que uno les entrega bien los vueltos, se los echa en la bolsita y ellos van seguros”, contó la mujer.
Para Yamile, su tienda le permitió empezar en otra ciudad y alejarse de un territorio con problemas de orden público. “Yo vivía en Arauca y quería un mejor sitio para que mis hijos crecieran”, contó.
Siempre fue comerciante, sin embargo, administrar un micromercado fue un trabajo retador.
“Es diferente vender al por mayor que ofrecer al cliente por unidades. Sin embargo, uno se acostumbra a ser el consejero de quien viene a comprar y no sabe qué hacer de almuerzo o de comida”, agregó.
Aunque su tienda esté ubicada en el bloque 13, tiene clientes de otros sectores del barrio, que la siguen eligiendo por su servicio.
“Yo creo que lo más importante de un negocio, es la calidad de servicio que uno le brinde al cliente”, señaló
Yamile sostiene que un tendero se convierte en un miembro más de todas las familias de sus vecinos. “Cuando uno sabe que un cliente está en problemas, uno busca la manera de ayudarlo y así uno les guarda un rincón del corazón y ellos a uno”, dijo.
Una tradición de familia
El padre de esta empresaria también fue tendero. “Él mantuvo su tienda en Ocaña por más de 50 años”, agregó.
Por lo que la administración de un micromercado corre por sus venas. Sin embargo, esta mujer tiene grandes aspiraciones. A ella le gustaría tener un supermercado del tamaño del Éxito.
“Para mí sería muy importante hacer crecer mi negocio”, dijo.
Una cliente fiel
Fanny Blanco, la cliente por excelencia de su tienda, se convirtió en su amiga y también en su compañera. Ahora la ayuda a atender el negocio cuando ella tiene algún viaje programado o alguna actividad.
“Desde que llegó nos hicimos muy buenas amigas y ahora hasta nos dicen socias. Yamile es una buena tendera. Nos conocimos cuando ella llegó. Le compraba todos los días hasta que nos hicimos amigas”, contó.