Los vendedores informales del Parque Principal de Girón han tenido un impacto significativo en sus ventas en medio de las obras de remodelación de este sitio de reunión.
Andrea Olarte, vendedora de raspados, contó que el producido se le ha reducido a la mitad. “Las personas no tienen un sitio donde sentarse, por la reparación, entonces a qué van al parque”, agregó.
Esta situación los pone en desventaja porque el sustento de sus familias depende de lo que logren vender los fines de semana al turista o al mismo gironés.
Al respecto, Claudia Cristancho, quien también vende cholados hace más de 20 años, agregó que cada domingo serán peores las ventas, pues las personas ya saben que no deben ir al parque.
“El primer domingo no se cayeron tanto, porque la gente se sorprendió pero igual pasó y compró su raspado. Sin embargo, el pasado fin de semana sí fue muy ‘pesado’, debido a que ya se regó la voz”, argumentó.
Lo cierto es que para los vendedores informales, esta situación no tuvo un manejo adecuado, en pro de amparar su actividad económica en medio de las obras.
“Pedimos que se realizaran algunos eventos en esta zona, para atraer al público y así recuperar un poco el producido que usualmente tenemos, sin embargo, no pasó”, contó Cristancho.
Así como estas dos mujeres han sentido el impacto de este cierre temporal, también lo han vivido 60 vendedores de raspados y cholados, que tradicionalmente han trabajado en este sitio.
“La venta de cholados y raspados ya hace parte de la tradición gastronómica de Girón, por lo que se debería dar un mejor manejo a esta situación”, agregó.
Están ‘en vilo’
Por otro lado, los vendedores manifiestan que no ha habido una claridad frente al tema de su reubicación cuando el Parque sea entregado.
“Hemos ido a socializaciones con funcionarios, pero al momento de preguntarles en dónde vamos a ubicarnos, no nos dicen nada”, advirtió Olarte.
Sin embargo, en esta última semana algunos trabajadores en la obra han mencionado que tras la culminación de la nueva infraestructura, los vendedores no podrían volver a ocupar el parque.
“Hemos hablado con un funcionario de espacio público y nos ha respondido de forma grosera, cuando le hemos preguntado”, agregó una de las vendedoras del sitio quien mantuvo su nombre oculto por miedo a represalias.
También contó que pensaban transportarlos a un sector aledaño al Malecón, pero ellos no están de acuerdo. “El parque es el sitio tradicional de los raspados”, dijo
Esta redacción intentó localizar a la secretaria de Infraestructura del municipio, pero no fue posible.
