Las ganas de salir adelante es el principal motivo por el que cuatro mujeres decidieron crear el emprendimiento ‘Myas’. Nació como un método de distracción mientras cada una de ellas recibe el respectivo tratamiento oncológico. Ninguna tenía conocimiento sobre el manejo de este material: el zuncho, así que decidieron inscribirse a una fundación donde recibieron capacitaciones frente al diseño de los canastos. Ahí fue cuando nació la idea de negocio, hace “unos cuatro meses”.
“Poco a poco fuimos aprendiendo más técnicas y asistimos a más cursos que dictan en Girón. Aparte de los canastos, comenzamos a crear bolsos, y nos gustó”, dijo Yira Nayibe Guzmán, una santandereana de 42 años, integrante de ‘Myas’.
‘Cuatro Mosqueteras’
Luz Stella, Ana Dolores, Marcela y Nayibe son las encargadas de darle color y revivir la tradición de llevar el famoso ‘canasto’ en zuncho a la hora de mercar.
Un oficio, que además, les dio la oportunidad de entrelazar una amistad y “ser una mano amiga durante el proceso médico”.
Aunque cada una ‘carga’ con su propia historia, nunca ha sido impedimento para dejar de ‘luchar’ por sus sueños , al contrario, hallaron un apoyo mutuo, y un negocio que les ayuda a solventar los gastos diarios que genera asistir al tratamiento.
“Lo veo como mi amante, porque es un oficio que me distrae, que no me deja pensar en el proceso en el que estoy. Me ‘saca’ la creatividad. Es una delicia trabajar desde mi casa y no cumplir horarios. Es una ‘entradita’ que nos ayuda mucho”, agregó Yira.
En el caso de Yira Nayibe, antes de coincidir con sus amigas, tuvo la oportunidad de integrar los talleres de manualidades que se imparten en Girón, por tal razón no dudó en dar el sí al observar la iniciativa.
Bolso pa’ tienda y canasto pa’ mercar
Hay variedad para todos los gustos. Pequeños, grandes, coloridos, con accesorios, y hasta con diseños personalizados.
“Es un material resistente, que dura, además es amigable con el medio ambiente”, indicó.
El proceso de creación es individual. Se reúnen para repartir los materiales, cortan el zuncho y cada una inicia la fabricación del producto desde la comodidad de su hogar, “a los tres o cuatro días nos encontramos para ver la producción de cada una”.
Aseguró que la aceptación ha sido buena, pues el hecho de no usar bolsas plásticas en el comercio, hace que su producto sea un éxito. Además, el precio se ajusta al bolsillo de los clientes, “ tenemos desde $10.000 hasta $30.000, depende del gusto del cliente”.