Iván Mauricio Martínez Zambrano, de 29 años, fue acribillado en una de las ‘ollas’ de droga de la vereda Guatiguará, en el asentamiento humano Nueva Colombia de Piedecuesta.
El martes, hacia las 11:30 de la noche, algunos pobladores lo vieron salir de una zona boscosa, pidiendo ayuda. Sangraba y se veía a punto de desgonzarse.
Una mujer tuvo piedad, lo auxilió y lo llevó al Hospital de Piedecuesta. Zambrano presentó dos impactos de bala en el pecho y un hombro. Otra bala le rozó la muñeca izquierda.
No hubo nada que pudieran hacer los médicos por el hombre. Las heridas fueron letales, le causaron la muerte.
Cuando fue reportado el suceso a las autoridades, una unidad de la Sijín acudió a realizar el levantamiento y luego se trasladaron al sector de La Caponera, donde ocurrió el asesinato.
Al parecer, no hubo testigos, nadie vio o escuchó algo. Pero las versiones preliminares apuntarían a que sería un ajuste de cuentas por asuntos de estupefacientes.
“Yo no se qué hacía mi hijo de puertas para afuera”
María Isabel Zambrano es la mujer que crió a Iván y quien él conoció como su madre, pero en realidad es su tía.
“Mi hermana me lo dejó cuando tenía cuatro meses. Mi esposo y yo le dimos los apellidos y vivía con nosotros”, contó a Q’hubo la mujer.
Iván se rebuscaba el diario trabajando en lo que le saliera, cuenta María Isabel. Pero al parecer, andaba en ‘malos pasos’.
“Los hijos son unos cuando están en la casa, pero de puertas para afuera uno no sabe lo que hacen. Yo no sé en qué estaba metido, él salía y solo me decía que luego regresaba”.
“Últimamente estaba viviendo con la mujer, se estaba llevando su ropa para la casa de ella”, agregó.
De Iván se supo que registraba varias anotaciones judiciales por los delitos de tráfico de estupefacientes, hurto, porte ilegal de armas de fuego, receptación y daño en bien ajeno.