Desde la pandemia, la biblioteca de Ciudad Valencia, ubicada en la Calle 17 #12-02, que sirvió como escuela para niños e incluso para adultos mayores, cerró sus puertas. Su eterna bibliotecaria fue Azucena Martínez, de más de 80 años, quien dedicó su vida al servicio de la comunidad, a traer los libros, y por supuesto, a fundar este espacio que significó tanto para la comunidad.
El 2019 fue el último año en que esta mujer pudo atender la biblioteca, e incluso abrió de lunes a viernes sin falta, para que niños e interesados acudieran al sitio. Su única ayudante era una estudiante de bachillerato que hacía sus horas sociales allí y que le colaboraba sacando fotocopias, porque habitantes del barrio acudían allí a investigar en los computadores que tenían conexión a Internet.
El presidente de la Junta de Acción Comunal del Barrio, Leonardo López, señaló que hace varios años la biblioteca se mantiene cerrada y que están a la espera de una determinación por parte de la Junta Directiva, para saber el destino de esta institución.
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César Jerez, uno de los hijos de doña Azucena, habló con Q’hubo y señaló que su madre está muy enferma, por lo que no hay nadie que se haga cargo de la biblioteca y que ni el Gobierno, ni la Alcaldía han prestado funcionarios para que el sitio retome sus labores.
La biblioteca de Ciudad Valencia es una reliquia. Es la más grande de Floridablanca, siendo una casa esquinera que cuenta con dos pisos y un amplio jardín. Además tiene una colección exhorbitante de 20 mil libros.
¿Cómo se creó?
De acuerdo con Azucena, que contó esta historia a sus vecinos, la biblioteca fue un proyecto que nació en 1972, por lo que entre las mujeres fundadoras del barrio Ciudad Valencia se aliaron con una funcionaria del Instituto de Crédito Territorial para solicitar el predio.
Hasta que la Alcaldía de entonces le concedió en calidad de comodato, es decir sin pagar impuestos, este predio por 91 años, señaló la dueña.
Al inicio, la biblioteca fue muy próspera, su fundadora consiguió la donación de libros por parte de funcionarios de la antigua Bucaramanga, y posteriormente de la Alcaldía de Floridablanca que la equipó con el 20% de los libros que tiene actualmente, contó Martínez.
¿Podrían perder la biblioteca?
Con el pasar del tiempo, el apoyo administrativo se perdió y ahora hasta el predio peligra.
Myrian Bueno de Pérez, una de las fundadoras de la Biblioteca, ya hace más de 40 años, contó que el comodato que tenían de 91 años el Banco Inmobiliario dijo que era obsoleto, y que solo sería hasta el 2021 que podría estar en funcionamiento.
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“Yo fui con Azucena en el 2016 y el banco nos dijo que ese comodato ya no existía y que solo se extendería por 5 años”, contó.
Los miembros de la Junta sienten temor por la pérdida del predio, por lo que convocarán a una reunión para ir y presentar el comodato nuevamente y recuperar la casa que ha sido un sitio emblemático para la consulta de libros por años.
“Lo que más deseamos es volver a abrirla”, dijo.