Los senderos y trazados ecológicos del parque natural El Rasgón abrieron paso para recibir a Pachita, la kinkajú que hace más de dos meses fue víctima, al parecer, de la mano salvaje del hombre. El regresó a su hábitat natural se da luego de un exitoso procedimiento quirúrgico de reconstrucción facial, liderado por el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de la Cdmb.
“Hoy sucedió algo maravilloso. Esa historia que conmovió a tantos santandereanos y colombianos terminó con el final que todos esperábamos. El regreso a la libertad de nuestra querida Pachita. Ser testigos de su proceso de recuperación fue maravilloso pero verla en su hábitat natural es una sensación indescriptible. La satisfacción es enorme”, manifestó el director de la Cdmb, Juan Carlos Reyes Nova, su experiencia como protagonista de la libertad de la kinkajú.
Pachita fue trasladada en un guacal por el equipo de médicos veterinarios a la finca La Esperanza al parque ecológico El Diviso, justo en el kilómetro 20 de la vía Bucaramanga – Cúcuta.
Los senderos y trazados ecológicos de este escenario natural abrieron paso para recibir a Pachita, que en medio de una explosiva riqueza de fauna y flora la kinkajú volvió a recorre. Se trata de un área de reserva con varios corredores biológicos que conectan a zonas de bosques primarios.
Al parecer, la kinkajú o también conocida como martucha fue víctima de un brutal ataque por parte de una persona. “La tristeza nos invadió y el silenció se apoderó del CAV. No podíamos creer lo que estábamos viendo, ni queríamos imaginar el dolor que pudiera estar sintiendo este indefenso animalito”, expresó Juan Sebastián Mejía, uno de los médicos veterinarios del CAV.
Sin embargo, la respuesta a este doloroso momento fue una sola: “hacer todo lo humano y profesionalmente posible para salvarla”, agregó Mejía.
Sin dar espera, el equipo de profesionales inició el tratamiento correspondiente que dio paso a una exitosa cirugía plástica de reconstrucción fácil. La primera vez que se realiza este tipo de intervención a una especie silvestre en el departamento de Santander.
“Y es así como Pachita comienza un complejo proceso posoperatorio, que representaría casi el 80% de todo su proceso de salvación. Pues se tiene que tener en cuenta que ella perdió parte de su cavidad nasal, por lo cual pudo haber existido alguna pérdida de su capacidad de olfato, siendo esta totalmente vital para encontrar su alimentación en el hábitat natural y de esta manera poder subsistir”, argumentó el médico veterinario Juan Sebastián Mejía.
El profesional explicó que, de acuerdo con el diagnóstico, procedieron a realizar algunas pruebas para determinar el grado de capacidad olfativa de Pachita.
“Ocultamos alimentos en ciertas zonas del CAV y por fortuna Pachita naturalmente siempre encontró la comida, con lo cual se denota que sí tenía su capacidad de olfato activa y estaba totalmente apta para regresar a su hábitat natural. Además, la recuperación total de sus heridas nos da un parte médico favorable para proceder a su liberación”.
Como un hito en la veterinaria santandereana, Pachita regresa recargada de muchas dosis de amor a su verdadera casa, en donde cumplirá su proceso biológico y seguramente compartirá con otros animales de su misma especie. ¡Recuperada y libre!