A William Alfredo Contreras Prado no lo habían visto discutir con su pareja o por lo menos no de la forma violenta como los escucharon el domingo a la medianoche, en aquel tercer piso de la Manzana 2 del barrio Miradores de la UIS. Lo peor fue que el altercado terminó con la muerte de Contreras.
Aunque nadie sabe exactamente qué pasó en la intimidad de su vivienda, todos fueron testigos de los últimos suspiros de vida mientras sus familiares buscaban ayuda para trasladarlo hasta un centro médico, donde minutos después falleció. Él mismo se clavó un cuchillo en el pecho, sin embargo, todo es materia de investigación.
¿Qué pasó?
Pasada la medianoche, el silencio aturdidor de la Manzana 2 de Miradores de UIS fue interrumpido por los gritos desesperados de una mujer que pedía auxilio y el llanto desgarrador de unos niños. Los vecinos no pudieron pasar por alto semejante escándalo y desde lo lejos “pedían a Dios” que nada grave estuviera pasando.
“Era terrible, ella decía William no lo haga, pero realmente no sabíamos qué pasaba.
“Preferimos no meternos pero si llamamos a la Policía. Al rato vimos a un muchacho que salió descalzo hacia la avenida buscando ayuda y luego llegaron los hermanos de William, lo embarcaron en una moto, pero él ya iba casi muerto”, manifestó uno de los vecinos.
Minutos después les confirmaron que Contreras, de 24 años, habría fallecido, su corazón no resistió.
La investigación
Durante la discusión William habría sostenido varios cuchillos entre sus manos y le hizo algunos ‘lances’ a su esposa; ella los esquivaba. Al rato, salió del apartamento y cerró la puerta. Sin embargo, ella habría visto cuando se llevó el filoso cuchillo al pecho. No vio sangre y solo quería resguardarse.
Ante tanto silencio volvió salir y vio las manchas de rojo carmesí en el piso y ve a su esposo tirado boca abajo. Los hermanos quienes viven en el sector, llegaron en cuestión de segundos, pero ya era demasiado tarde. La puñalada fue mortal. Las autoridades adelantan la investigación para determinar qué fue lo que pasó.
