Las honras fúnebres de Carlos Augusto Ruiz Jaimes, asesinado por robarle su Yamaha DT el lunes en el Anillo Vial de Girón a Floridablanca, se llevaron a cabo entre decenas de seres queridos y banda.
Todos de blanco y con globos para lanzar al aire en su memoria, deseando que no vuelvan a ocurrir crímenes como el suyo, acompañaron a la familia de este florideño, quien residía en el barrio La Cumbre.
Una banda con trompetas y bombos tocó en su despedida, mientras el ataúd descendía en esos últimos minutos con él.
Ante todo, con una punzada en el corazón por la violenta partida de ‘Caliche’, los allegados le pidieron a las autoridades que todo el peso de la Ley caiga sobre los responsables.