La vereda Camaroncito, en zona rural del municipio de El Carmen de Bolívar, fue testigo de la cruel muerte de un hombre de 29 años, en medio de un hecho de intolerancia.
A Gustavo Adolfo Hernández Velásquez lo llevaron al hospital Nuestra Señora del Carmen, en el mismo municipio, pero los esfuerzos médicos resultaron en vano, debido a la gravedad de las heridas que le habían provocado con un machete. La Policía de Bolívar confirmó que el hombre murió a las 2:00 de la madrugada de este sábado 26 de octubre.
Las investigaciones por el crimen apenas empiezan; los uniformados que atendieron los hechos y hablaron con testigos analizan las distintas hipótesis que hay sobre lo que sucedió.
Lo que sí está confirmado es que Hernández Velásquez fue atacado a machetazos en medio de una discusión. El hombre que lo agredió a mansalva es menor de edad y, supuestamente, su cuñado. Según explicó una de las personas que presenció el homicidio, “el victimario tenía una relación con la hermana de la víctima”.
Así, la versión principal indica que Gustavo Adolfo intentó defender a su hermana al recibir el ataque, en momentos en que bebían alcohol.
Homicidios en El Carmen de Bolívar
La violenta muerte de Gustavo Hernández se perpetró tan solo seis días después de que en el mismo municipio mataran a otra persona, bajo la modalidad de sicariato.
Se trata de Armando Diluvino Arroyo, quien se encontraba compartiendo con amigos en la cancha de fútbol del barrio Jorge Eliécer Gaitán cuando fue atacado por sicarios. Los agresores llegaron al lugar y sin mediar palabra abrieron fuego contra Arroyo, propinándole varios balazos en repetidas ocasiones hasta acabar con su vida antes de huir con rumbo desconocido.
Algunos días antes de ese ataque, el jueves 17 de octubre, en plena vía pública mataron a Alexander Medina, de 45 años, quien laboraba como conductor de servicio especial. El hombre estaba en el sector conocido como Gambotico, en El Carmen, cuando un sujeto armado se le acercó para dispararle a quemarropa y sin mediar palabras.
El actuar del sicario fue rápido y violento: en cuestión de segundos desenfundó su arma de fuego y baleó a su víctima, conocida como Merquiades. El pistolero huyó rápidamente, mientras decenas de personas se acercaron al hombre herido tendido en el suelo.
