A la cárcel, bajo medida de aseguramiento, fue enviado Bardomar Rafael Evaristo Perea, conocido por el alias ‘El Mono’, y quien sería uno de los sicarios que participó en el asesinato de Óscar Andrés Plata Silva, ingeniero civil de la UIS, ocurrido el pasado 22 de mayo en cercanías al parque Cristo Rey de Bucaramanga.
La Fiscalía informó a Q’hubo que a este sujeto de 33 años y de nacionalidad extranjera le fueron imputados cargos por los delitos de homicidio agravado, homicidio en grado de tentativa y porte ilegal de armas en una audiencia virtual realizada en la noche del pasado jueves.
Desde el centro médico en el que se encuentra recluido tras haber resultado herido, Bardomar Rafael no aceptó su responsabilidad en los hechos.
Ante el amplio material probatorio presentado por las autoridades, un juez con función de control de Garantías le dictó medida de aseguramiento en centro carcelario al señalado sicario.
Así lo asesinaron
Óscar Andrés Plata Silva tenía 40 años de edad, era padre de tres menores de edad, se había formado en la UIS como ingeniero civil y tenía una de empresa de razón social ‘Construcciones y Aligeramientos de Santander’.
Su vida terminó en la tarde del pasado miércoles 22 de mayo, cuando dos sicarios lo acribillaron mientras iba en su vehículo por la carrera 18 con calle 10 de Bucaramanga.
Iba con su escolta personal, Hermes Guiza Nova, un hombre de 46 años de edad e intendente jefe retirado de la Policía Nacional. Él resultó con una herida en el hombro derecho al enfrentarse a los sicarios.
“Salieron de la oficina de la víctima ubicada en la carrera 19 con calle 10 y se dirigen en el vehículo Chevrolet Joy, de placas KXM-118, de propiedad del occiso, que era conducido por el escolta. En la carrera 18 con calle 10 fueron abordados por dos sujetos que iban en moto. El parrillero desenfundó el arma de fuego y disparó contra la víctima”, señaló el informe policial.
Aunque el ingeniero fue llevado en su mismo vehículo al Hospital Universitario de Santander, HUS, perdió la vida momentos después.
En la reacción de los uniformados de la Policía se ubicó a uno de los presuntos sicarios, alias ‘El Mono’, quien sufrió una lesión por arma de fuego en la espalda que le propinó el escolta.
También se ubicó y se inmovilizó una motocicleta de placa CWT-64F, abandonada por los homicidas en el barrio La Juventud, en el norte de Bucaramanga. El otro delincuente logró darse al a fuga.
¿Lo mataron para no pagarle?
El ingeniero vivió su infancia y adolescencia en el barrio El Pablón, una humilde localidad al norte de Bucaramanga. Su primo es el actual presidente de la Junta de Acción Comunal, Juan Carlos Plata. Lo recuerda como un hombre bondadoso que salió adelante con sus estudios.
“Fue un ejemplo de superación. Era hijo único y sus papás aún viven. Excelente esposo y daba todo por sus tres hijos. Nunca tuvo amenazas, era un excelente profesional que cumplía con excelencias las obras que construía. Tenía contratos con entidades públicas y particulares”, señaló Juan Carlos.
La única hipótesis sobre el homicidio de Óscar Andrés Plata Silva serían deudas económicas. Según sus familiares, particulares que lo contrataron le debían millonarias sumas de dinero. Sus seres queridos creen que lo mandaron a matar para no pagarle.
“No sabíamos de amenazas, pero en marzo recibió el primer atentado. Él no contaba mucho para no preocupar a sus familiares, pero creemos que esa sería la causa. Muchos particulares le debían dinero, era mucha plata”, dijo uno de sus allegados que solicitó la reserva de su identidad.
Así fue, el pasado 20 de marzo de 2024, Plata Silva se encontraba en una tienda de la carrera 32 con calle 28 del barrio La Aurora de la capital santandereana. Según la información aportada en aquel momento, dos delincuentes se movilizaban en una motocicleta NKD y se acercaron para despojarlo, supuestamente, de su celular.
Tras un forcejeo y amenazarlo con un arma de fuego, la víctima opuso resistencia y fue lesionado con un disparo en el tórax. Allí laboraba en la construcción del edificio de la Facultad de Salud de la UIS.
La Sijin de la Policía asumió la investigación para establecer los móviles del crimen, dar con el otro sicario que se fugó y con los posibles autores intelectuales de este hecho.