La extracción ilegal de oro en Bucaramanga sigue creciendo y la escarpa occidental de la ciudad está pagando las consecuencias.
En un recorrido hecho por el equipo periodístico de Vanguardia con expertos y líderes comunales de la zona, quedó demostrado el alcance de los daños y el uso de químicos como el mercurio para sacar oro de la escarpa.
Cinco vueltas le da a la batea de madera para asentar la arena. A su lado hay un colador amarillo, un saco roto en donde hay más tierra de la quebrada, un machete oxidado, un tarro de plástico negro cortado por la mitad y un filtro artesanal para decantar el oro que corre por las aguas contaminadas por aguas residuales y metales pesados como mercurio.
Sentado sobre unas piedras de la quebrada La Joya, en la escarpa occidental de Bucaramanga, está Francisco (nombre cambiado) como lo llaman en esta zona, quien repite decenas de veces estos movimientos circulares para sacar oro. A esto se le conoce como barequeo, actividad para lavar la arena en una batea o barequera para extraer oro de modo artesanal.
La minería ilegal y el mercurio
En los operativos realizados por unidades del Comando de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, con acompañamiento de la Cdmb (autoridad ambiental), se ha incautado mercurio.
Una gota de este metal basta para contaminar 30.000 litros de agua potable. Se utiliza en la minería para separar el metal de la piedra extraída. Este elemento químico se adhiere al oro, formando una amalgama.
Según los expertos en salud, este es el uso más contaminante que se le puede dar a este metal pesado. Se presume que no siempre el mercurio utilizado en este proceso se recicla, así que esta sustancia puede quedar en la superficie del agua o llegar hasta los sedimentos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente precisa que “una vez está en la tierra, el mercurio cambia su forma química, principalmente a través del metabolismo de bacterias u otros microbios, y se convierte en metilmercurio, la forma más peligrosa para la salud del ser humano y del medio ambiente”.
Una vez los mineros ilegales tienen la amalgama, ocurre otro proceso que genera gran preocupación para las autoridades ambientales por los altos índices de contaminación.
Esta amalgama muchas veces se calienta a cielo abierto para que se evapore el mercurio y quede el oro, los vapores escapan al aire y son inhalados por mineros y demás personas que se encuentren cerca.
¿Qué dice Minambiente?
Vanguardia conversó con la viceministra de Ambiente, Tatiana Roa, quien tocó puntos álgidos como la minería ilegal. Para ella es preocupante que esta minería esté en la ciudad porque, además, se hace en un área protegida y profundamente sensible.
“Recuerdo mucho cómo en los años 70 se daban permanentemente deslizamientos por la erosión en esa zona, que es una formación geológica reciente que tiende fácilmente a erosionarse”.
Entonces, según la funcionaria, la minería ilegal no solamente genera contaminación, sino que provoca una aceleración de la erosión, que se trabajó con muchos esfuerzos para frenarla en las escarpas del occidente.