“Manito, tus hijos preguntan por ti y no sé qué decir. El dolor que tenemos no nos deja ni hablar, sólo esperamos que llegue la justicia divina”. Ese es uno de los mensajes que amigos y familiares de Jerson Yesith Aranda Aguiar escriben en las redes sociales luego de conocer su asesinato.
Para ellos y para toda la comunidad de San José de los Campanos lo ocurrido en la madrugada del pasado domingo, en la calle 103, fue una injusticia, una cobardía y un acto para repudiar.
A las 5 a. m., cuando comenzaban a aparecer rayos de sol, Jerson Yesith se encontraba en el interior de su negocio, un amplio restaurante que ofrecía servicios en horario laboral, pero que esa madrugada seguía abierto porque su propietario estaba celebrando su cumpleaños.
Jerson festejaba sus 36 años y decidió hacerlo con familiares; sus dos hijos estaban dormidos y, afortunadamente, no presenciaron la tragedia ya que esa amena celebración con música, baile, comida y tragos tuvo un terrible desenlace.
Mientras todos disfrutaban, apareció un sujeto de la nada y se acercó al local. Dijo que quería comprar licor e intentó entrar de mala manera, pero Jerson se puso de pie y le explicó que era un evento privado y familiar.
Tal parece que aquel sujeto que, según los testigos del hecho, se encontraba en alto grado de embriaguez, no quiso entrar en razón y comenzó a insultar al comerciante, tras unos segundos de palabras ofensivas, sacó un arma de fuego de la pretina de su pantalón y le disparó una vez.
Y sí, un sólo balazo fue suficiente para que Jerson se desplomara en el suelo y comenzara a pedir auxilio. Mientras eso pasaba, el agresor escapaba a pie por aquella calle que se encontraba sola.
El comerciante fue llevado a un centro médico, pero al rato los galenos confirmaron su fallecimiento. En el barrio dicen que el sujeto que disparó no vive muy lejos de aquella calle y, al parecer, la Policía ya tiene información que permitirá individualizarlo.
Jerson era muy queridos por su amabilidad, solidaridad y amor por el trabajo. Además de ese restaurante tenía una variedad y una refresquería que eran fuente de sustento para varias familias.
“Queremos que se haga justicia, que esto no quede en la impunidad porque él no merecía morir así”, dijo un familiar de Jerson.
