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Las conexiones entre el presidente Petro y el colectivo que asedió a la Corte Suprema

La agrupación Activistas del Cambio, encabezada por el catalán Xavier Vendrell, quien está siendo investigado por su presunta participación en bloqueos y protestas violentas en España, se vio envuelta en un incidente revelador que podría exponer los verdaderos motivos detrás del intento de asaltar y retener a los magistrados el pasado jueves.

Acorralado por el repudio que causó el asedio y violencia que vivió esta semana la Corte Suprema de Justicia, el presidente Gustavo Petro no tuvo de otra que lavarse la manos. Sin embargo, la salida en falso de un colectivo digital petrista –al que el propio mandatario le encomendó “movilizar al pueblo”–, pondría al descubierto los verdaderos móviles detrás de las marchas del pasado jueves.

En lugar de admitir que sus frecuentes refriegas y su discurso pendenciero llevaron a una muchedumbre rabiosa a intentar tomarse la sede del alto tribunal, el Jefe de Estado le achacó a los medios de comunicación la construcción de un supuesto “relato periodístico falso”. El presidente lo dijo así para intentar bajarle la caña al conato de asalto, negar las dimensiones de una manifestación que se desvirtuó por la violencia y desligarse de cualquier responsabilidad.

No obstante, un mensaje emitido el pasado jueves por la organización Activistas del Cambio –que defiende a ultranza a Petro en las redes sociales, tiene participación burocrática y ha estado detrás de la convocatoria no solo digital sino también presencial de sus balconazos y marchas– dejó en entredicho la tesis del mandatario. El tema adquiere otros matices si se considera quién está detrás de ese colectivo: el estratega catalán Xavier Vendrell, a quien Petro nacionalizó y que en España es señalado de azuzar las violentas manifestaciones y bloqueos de Cataluña en 2019.
En contravía del discurso que ha querido mantener el Jefe de Estado, el jueves sobre las 3:00 de la tarde el colectivo (@activistasco) trinó: “A esta hora seguimos en el Palacio de Justicia. La consigna es simple: no salen los magistrados hasta que la Corte Suprema de Justicia elija la nueva Fiscal. NADIE ME SALE!!”, seguido de los hashtags #PetroNoEstaSolo #ElecciónDelFiscalYa.

Aunque el mensaje fue borrado minutos después y el colectivo dijo que “una persona de manera irresponsable usó la red”, la chispa ya estaba encendida y lo que pasó después sigue causando escozor: un grupo de manifestantes primero intentó meterse al Palacio de Justicia y luego bloqueó durante algunas horas la salida de magistrados y funcionarios con el objetivo de presionar y hostigar a la Corte para elegir a una fiscal de la terna presentada por el Jefe de Estado.

Ante la ola de rechazo, el presidente Petro no tuvo de otra que pedir dispersar a los manifestantes. Llegó el Esmad de la Policía y hubo enfrentamientos por varios minutos entre los uniformados y sus seguidores, quienes no dudaron en armarse de palos, piedras y toda suerte de objetos contundentes para evitar el procedimiento.

A punta de gases lacrimógenos y luego de la refriega, al fin se diluyó el bloqueo tras horas de zozobra. Petro quiso restarle importancia a lo sucedido: “No hubo violencia en el país, ningún herido, como solía suceder, y no son ciertas las noticias acerca de secuestros de magistrados o violencia sobre ellos. Nunca hubo restricción a la libre movilidad de magistrados”.

Aunque el viernes, en pleno día del periodista, el Jefe de Estado arreció y acusó a los medios de hacer “creer a los colombianos que una movilización muy grande y pacífica era una nueva toma del Palacio de Justicia con magistrados heridos”, lo cierto es que sí hubo agresiones y que uno de sus colectivos –Activistas del Cambio– sí incitó lo que un magistrado de la Corte no vaciló en calificar como secuestro.

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Una investigación publicada por La Silla Vacía en mayo de 2023 detalló los alcances de ese colectivo, una organización que, bajo la batuta de Vendrell, congrega a cerca de 86.000 voluntarios, según sus propias cuentas. No son cibernautas cualquiera.

“Los miembros de Activistas tienen una relación estrecha y coordinada con el Gobierno. Aparecen en reuniones oficiales, van a Casa de Nariño y algunos han sido nombrados en cargos estratégicos regionales y nacionales. Como (Andrés) López –uno de sus fundadores–, que es hoy asesor del área digital de comunicaciones de Presidencia”, detalló el informe periodístico.

En su investigación, La Silla demostró que, además de promover en redes las propuestas del Gobierno y medir la percepción del mandatario en la región, Activistas del Cambio –que se gestó al fragor de la campaña de 2022– se encarga de “convocar movilizaciones en respaldo a la labor del presidente Petro” y que detrás se encuentra Vendrell.

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El propio Petro, durante la creación formal del colectivo en octubre del año pasado, envió un video en el que aseguró que “Activistas tiene una responsabilidad fundamental. No se trata de la bancada parlamentaria, no se trata de la institucionalidad de la administración, cada una con sus protocolos, con sus competencias, se trata del pueblo, se trata de la sociedad que hay que mover (…) su organización, su convocatoria a moverse es fundamental si queremos sostener el gobierno del cambio”.

A la cabeza se encuentra Xavier Vendrell, un español al que nacionalizó Petro, quien enfrentó un juicio por corrupción en su país y es investigado por el delito de desórdenes públicos, manifestaciones violentas y bloqueos como el que se registró el pasado jueves en la salida vehicular del Palacio de Justicia Alfonso Reyes Echandía.

Desde una plataforma ciberactivista llamada Tsunami Democratic, Vendrell habría promovido movilizaciones que concluyeron en sendos disturbios en Cataluña durante la ola independentista de 2019, según investigaciones de la justicia española.

“Las interceptaciones a Vendrell, reveladas por las autoridades españolas, muestran que él dio órdenes y coordinó parte de la logística de la movilización que se tornó violenta”, recordó La Silla, al tiempo que recogió declaraciones en las que el estrategia dice que es víctima de “una persecución política”.

De incendiario a bombero

Lo ocurrido con las protestas y plantones en contra del saliente fiscal Barbosa y la presión para que la Corte eligiera su remplazo terminó convertido en una bola de fuego lanzada sobre un pastizal. Muchos terminaron chamuscados, incluso sus propios creadores.

Uno de los protagonistas fue justamente el presidente Gustavo Petro que, tras ser un rotundo impulsor de las manifestaciones, no tuvo de otra que asumir una prudencia protectora ante la crisis desatada y trató de calmar los ánimos. Eso sí, sin dejar de lado su retórica de lucha.

El propósito de mostrar poder de masas y movilización, así como de sumar apoyos, le funcionó al mandatario. Un buen número de personas respondió a su invitación a movilizarse, en esa especie de contienda, puño a puño, con el fiscal Francisco Barbosa. Pero, el desenlace no fue el esperado por Petro ni sus aliados, lo que lo hizo cambiar sus posiciones y mensajes.

Para entender cómo fue transmutando su discurso hay que remitirse al 2 de febrero, un día de punto de quiebre inicial, cuando el mandatario publicó un largo mensaje en su cuenta de la red social X, en la que denunció una “ruptura institucional”. Petro citó la suspensión de su canciller, Álvaro Leyva, el allanamiento hecho por la Fiscalía a la sede de Fecode y el supuesto uso de torturas y presiones sobre testigos con la intención de que lo acusaran.

Pero, el interruptor que encendió las movilizaciones fue cuando, en la parte final, solicitó “al pueblo la máxima movilización popular por la decencia” para evitar que “tumben a un presidente progresista”.

Desde allí todo creció como espuma, tanto la movilización como los ánimos en el escenario político en donde se avivaron los enfrentamientos y diferentes análisis de la convocatoria. El martes, sin embargo, tratando de bajar un poco la tensión y de enviar un mensaje diferente al país, el mandatario se reunió con el nuevo presidente de la Corte, Gerson Chaverra.

Después del encuentro Petro dijo que su Gobierno no tiene problemas con el órgano de justicia, sino con la impunidad, haciendo nuevamente alusión a la administración de Barbosa. Eso sí ratificó que la movilización popular sería su forma de defenderse ante cualquier intención de “golpe o violencia”.

La metamorfosis

Desde las primeras horas de la mañana del jueves, grupos pequeños de manifestantes empezaron a concentrarse en diferentes ciudades del país, pero el foco estaba puesto en Bogotá, en donde uno de los sitios de protesta era las afueras del Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema, en el centro de la capital.

El inicio de la jornada estuvo adobado por un mensaje de Petro en X en el que insistió que el sindicato de maestros y las otras agremiaciones laborales “tienen el derecho constitucional a la reunión y a la movilización pacífica, y no necesita de mi orden para ello”. Además volvió a hablar de la ruptura institucional y la “movilización” como defensa del “mandato popular”. Otro de los puntos de protesta fue frente al búnker de la Fiscalía.

Varios de sus escuderos y defensores estuvieron presente en las marchas, como los representantes a la Cámara, David Racero y Tamara Argote, o la senadora Marta Peralta Epiayú. A otros que se les vio activos en las manifestaciones fue a la ministra de Trabajo, Gloria Ramírez, y a la superintendente de Industria y Comercio, Cielo Rusinque. La mañana, sin embargo, estuvo lenta y solo después de mediodía los grupos comenzaron a agruparse y moverse hacia el centro de la ciudad. Petro aprovechó la red X para ir azuzando la jornada.

Los ánimos se encresparon más cuando el nuevo presidente de la Corte, un poco después de la un de la tarde, anunció que, a pesar de efectuar dos jornadas de votaciones, ninguna de las integrantes de la terna conformada por Ángela María Buitrago, Luz Adriana Camargo y Amelia Pérez había obtenido los 16 votos mínimos para ser elegida. Lo anterior, implicó que la vicefiscal Martha Mancera asumirá como encargada desde este lunes.

Pero, alrededor de las 3:00 p.m., numerosas personas ya estaban frente a la entrada del acceso principal del Palacio e intentaron derribar las barreras para entrar al recinto. A pesar de que entre los mismos protestantes reprochaban la acción, el ambiente fue incontrolable. Algunos de los manifestantes bloquearon el ingreso y salida de funcionarios, incluyendo a los magistrados.

Lo cierto es que alrededor del lugar estaban concentradas decenas de personas, varias de ellas con los rostros cubiertos. El descontrol fue tal que muchos consideraron que se puso en peligro la integridad de los magistrados y la institucionalidad de la Corte. Todo creció en cuestión de minutos porque se generó una especie de avalancha de críticas y repudio al hostigamiento.

Ante la gravedad de los hechos, Petro envió un nuevo mensaje y dijo que ordenaba “a la Policía actuar sobre las personas que impiden la libre movilidad de magistrados y presentar un informe público de quienes se trata”. En un siguiente trino, señaló que la Corte Suprema tiene el derecho y el deber de elegir fiscal libremente, y la ciudadanía tiene el derecho de manifestarse”.

Las acciones violentas en la salida vehicular del Palacio provocaron más críticas y rechazos a los manifestantes, a quienes señalaron de vándalos y delincuentes por impedir la movilización de los magistrados. Entonces el mandatario cambió el foco de sus mensajes y señaló que se trataba de infiltrados con objetivos políticos.

La situación, sin embargo, tomó otro tono cuando el propio magistrado Chaverra leyó un comunicado en el que clasificó el bloqueo de la salida del edificio como ilegal y que con los actos de los manifestantes la “democracia estaba en vilo”. Por ello, exigió “al Gobierno brindar las garantías necesarias para que la Corporación pueda ejercer sus funciones sin presiones ni hostigamientos”.

El presidente Petro cambió su actitud y empezó a tratar de aminorar los hechos. Habló de apagar incendios y ratificó que esa era su responsabilidad ante algunos que querían “incendiar”. Pasó de largo sobre las críticas, se hizo el desentendido y optó por responder algunos mensajes a periodistas sobre los calificativos de la jornada.

Todo esto pasó en medio de la llegada al país de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, que vinieron, entre otros temas, a revisar cómo va la implementación de las políticas de paz. Al final al presidente Petro le contabilizaron 37 trinos en la red social X durante la jornada, en donde muchos cuestionaron la metamorfosis vivida por el mandatario, porque sus mensajes cambiaron de tono de acuerdo al fuego que pareció arder en las calles por momentos.

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