Lina Marcela es ingeniera industrial de Universidad Pontificia Bolivariana, esposa de un Mayor del Ejército Nacional, en uso del buen retiro, Gabriel Durán, madre de dos hijos, entusiasta del voleibol y la mente maestra detrás de un emprendimiento que ha mantenido a base de persistencia.
Primer escalón
Vistiendo el uniforme de voleibol que consistía en la camiseta, rodilleras y una licra ajustada, Lina conoció al muchacho de la tienda del Conjunto Residencia La Ronda IV. Gabriel Durán, también de 17 años, era jugador de fútbol de la Selección Santander y se había alistado a la escuela militar.
Lo único que los separaba eran las pocas cuadras que estaban entre el Barrio Los Andes, lugar de residencia de Pico, y el local de la familia Durán.
Ambos bachilleres de colegios religiosos, viviendo en barrios cercanos y nacidos en el mes de mayo, parecía que estaban destinados a estar juntos.
Dicho y hecho, el 17 de noviembre de 2012 en la Capilla San José del Seminario Mayor Arquidiocesano de Floridablanca, la pareja se unió en santo matrimonio.
Aunque la novia confiesa que:”cedí un poco porque en la mi familia profesamos la fe cristiana”, aún así era una deuda que el novio tendría en cuenta.
Pasos hacia afuera
A inicios de 2016 y tras la no renovación del contrato de la ingeniera industrial por parte de la Gobernación de Santander, la pareja vio cómo la economía de la familia redujo su fuente de ingresos de dos a una. Razón por la cual ella vio luz verde para materializar una gran idea que tenía.
Aunque no fue hasta 2017 que la ingeniera pasó a ser emprendedora de una marca de zapatos dedicada al estilo deportivo con corte vestidor. A lo largo del año se dedicó a conseguir proveedores, fabricantes y lanzó la primera colección compuesta por los primeros tres diseños.
Sin embargo, el impulso del primer paso duró poco ya que un traslado hacia la base militar de Cali, hizo que el negocio se adaptara a la nueva ciudad.
“Yo estuve recorriendo el centro de la ciudad de la mano de mi primer hijo, Nicolás, y aunque la industria no es tan fuerte como la de Santander, logré dar con una excelente fabricante”.
Lento , pero seguro avanzaba la idea hasta que se hizo presente el Covid 19. Contra todo pronóstico, el virus disparó las ventas de zapatos de manera remota.
Al borde del abismo
“Cuando por fin estábamos asentados, a mi esposo le llega otro traslado. Esa vez a Pasto para 2021” revela entre risas nerviosa la emprendedora. El frío de Pasto y las videollamadas con su proveedora de Cali le ocasionaron múltiples estragos.
En lo comercial, los cueros que se veían beige en la pantalla, restaban tener tonos verdosos en el producto final. Fueron 48 pares que no salieron como los esperado.
Además, a modo personal el embarazo de su segundo hijo era de síntomas intensos y al final se tomó como uno de alto riesgo. Factor que provocó que los diseños y planes de lanzar al mercado una nueva colección.
En 2022, los posteriores traslados hacia Cúcuta y el Catatumbo de su esposo hizo que la madre de Nicolás y ahora Sebastián, decidiera trasladarse definitivamente a ‘la ciudad bonita’.
En dicho año, el matrimonio enfrentaba una crisis tanto financiera como emocional, a pesar de que la distancia no ayudaba a la relación. La mujer oriunda de Gamarra, César, pero de carácter bien santandereano, insistió en que se quedaba en Bucaramanga.
El ‘Piso 34’
El 2023 comenzó con el anuncio de dos cambios en la vida de su esposo: el retiro de la vida militar y la bienvenida a la iglesia cristiana de su esposa.
En medio del cambio, padre y madre de la familia limaron asperezas a tal punto que juntos se propusieron llegar al piso más alto.
En agosto del mismo año, “estábamos en nuestra primera feria empresarial, con un estante que impresionaba a los asistentes” comenta el nuevo integrante del equipo.
Como un soldado más, Gabriel llegó a sumar ideas a Piso 34. De hecho, la línea más innovadora de la marca, en parte, fue idea del oficial, quien sugiero que al cuero color oro rosa se le agregaran cordones brillantes.
Ambos con 38 años y más juntos que nunca, la pareja tiene aspiraciones de llegar a lo más alto de la industria. De momento, van en el nivel 34.