Han pasado 11 días desde que un motociclista arrolló brutalmente a un adulto mayor de 74 años y a su bisnieto, de tan solo 2, en el barrio Villabel, en Floridablanca.
El panorama sigue siendo desolador para esta familia venezolana, que arribó a Bucaramanga hace cinco años. Marcelis Alejandra Ortega, nieta y madre de las víctimas, contó detalles a Vanguardia sobre el calvario que ha tenido que vivir desde el trágico accidente.
El 24 de diciembre del año pasado dejó de ser una fecha de compartir en familia para convertirse en el inicio de un viacrucis que está lejos de terminar. Aunque los familiares de esta mujer siguen con vida. Lo cierto es que nadie se hizo responsable de los costos médicos e incluso fue acusada de fraude por el centro médico que la atendió.
Actualmente, el adulto mayor que recibió el golpe sigue internado en un centro de salud. No ha despertado del coma y su estado de salud ha adquirido más complicaciones por su hospitalización. «Ahora tiene una infección y su estado de salud es delicado», agregó la familiar.
Por otro lado, el niño fue operado exitosamente de su ojo derecho y los gastos médicos de su operación y de sus medicamentos los han tenido que asumir sus familiares. «Una crema cuesta más de 160 mil pesos y los médicos le han formulado varios medicamentos que tenemos que comprar nosotros», señaló.
Motocicleta sin Soat, ni tecnicomecánica: El fraude
Las malas noticias no dejaban de llegar para la familia migrante. La clínica en la que estaba internado el niño de 2 años les advirtió sobre un posible fraude en el ingreso de la documentación del Soat.
Al parecer, cuando el niño fue admitido en el centro hospitalario, algún familiar del motociclista habría dado datos erróneos del Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito. «Inscribieron a mi hijo con los datos de otra motocicleta, que no era la que estaba involucrada en el accidente», añadió Marcelis.
Cuando la clínica se dio cuenta del fraude, le anunció a la familia que debía hacerse cargo de los costos pues el Soat era el seguro que financiaba la estadía de su bebé.
«Tuvimos que ir a una Notaría para dejar escrito que nosotros no tuvimos que ver con el ingreso de mi hijo. Fueron otras personas las que hicieron ese trámite», aseguró.
¿Y el motociclista?
Según la información ofrecida por la familia, el motociclista no sería un menor de edad, sino un joven de 20 años, que también reside en el barrio Villabel.
«No sé quién es. No me he cruzado con él. Han sido los vecinos que poco a poco han revelado datos. Yo solo pido que aparezca para que pueda hacer frente de los gastos», admitió la mujer.
La investigación que fue trasladada a la Fiscalía está en espera mientras algunos funcionarios públicos regresan de vacaciones; así le aseguraron a Marcelis Alejandra Ortega.